Siempre se ha dicho que la experiencia y la intuición son dos de los factores que priman a la hora de tomar decisiones. Sin embargo, varios estudios aseguran que las corazonadas están dando paso a la información como método en la toma de decisiones.
A pesar de que un alto número de empresas ya se están iniciando en la transformación digital y están realizando un importante desarrollo tecnológico, la gran mayoría no saben aprovechar las magníficas oportunidades del Big Data. El Big Data no solo nos permite obtener un número ingente de datos, sino que también nos permiten extraer el valor de esos datos. ¿De qué nos sirve saber que hay 1.131.478 personas que han hablado de nuestros productos o nuestra marca en los diferentes espacios de Internet si no sabemos qué han dicho sobre ellos?
Las cinco V sobre las que se apoya el Big Data son: volumen, variedad, velocidad, veracidad y valor. Simplemente como dato, cada 24 horas se crean 2,3 billones de gigabytes de información -más o menos el equivalente a la información que hay en una biblioteca de tamaño medio-.
Hay otra serie de ventajas que encontramos en el Big Data y que también son merecedoras de ser tenidas en cuenta; como que nos permiten descubrir las necesidades y puntos de mejora en la compañía; o que nos permite reducir gastos, por ejemplo, precisando en las necesidades de stocks futuras.
Lo importante es analizar los datos que le importan a nuestra empresa y poder recabar patrones, como por ejemplo sobre los comportamientos de nuestros clientes, las tendencias, las incidencias que haya podido tener un determinado producto, las ideas para el desarrollo de un nuevo servicio o producto, etc., y hacerlo a su debido tiempo.
La toma de decisiones no tiene un tiempo estándar establecido. El tiempo disponible para el análisis puede ir desde días hasta segundos. No es lo mismo tomar una decisión para "sofocar un incendio" de una mala opinión sobre un producto o servicio en las redes sociales, que la decisión para implantar un nuevo producto en el mercado o para llevar una innovación a cabo.
Aunque ya lleva unos años en el mundo empresarial, todavía a muchos el concepto les sigue pareciendo igual de grande que el propio término. Sin embargo, cada día son más las pymes que se suman al aprovechamiento inteligente de los datos y que invierten en plataformas de Big Data Analytics confiando en un retorno mucho más abundante de la inversión.
Uso de técnicas algorítmicas
Las tecnologías que permiten la explotación de los ansiados datos emplean técnicas algorítmicas que combinan modelos predictivos, estadísticas, redes neuronales, inteligencia artificial, procesamiento en lenguaje natural, patern matching, etc. Técnicas que están consiguiendo, como lo reconocen las encuestas realizadas a los directivos de las empresas, que actualmente se deje de lado la toma de decisiones basadas únicamente en la experiencia, o incluso en la intuición, por las que están basadas en información analítica.
En una empresa -como muy a menudo también hacemos en el hogar-, para la toma de decisiones hay que conocer y cuantificar los costes y los beneficios de cualquier iniciativa. Una de las métricas más usada para poder medir dichas iniciativas es el Retorno de la Inversión (ROI). Principalmente, el ROI se calcula por dos razones: para calcular los fondos que se van a destinar a un proyecto que se va a iniciar, o para medir el resultado económico de un proyecto que acaba de finalizar. Una operación sencilla con la que nos podemos iniciar es: ROI = (beneficio - coste inversión) /coste inversión.
Para calcular el ROI hay que identificar por separado todos los costes que hemos ejecutado, así como los potenciales beneficios que podemos obtener cuando la iniciativa se lleve a cabo. Lógicamente, es más fácil identificar los costes en los que hemos incurrido, que los beneficios que vamos a lograr.
Y si la pregunta es ¿cómo puede ayudar el Big Data a calcular el retorno de la inversión? La respuesta es muy simple: Big Data maneja enormes cantidades de datos, pero el análisis de la información es mucho más eficiente, lo que permite tomar decisiones más acertadas. Y esto se traduce en que los clientes reciben mejor servicio y, por lo tanto, están más satisfechos, lo que ayuda a implementar mejores estrategias de marketing o ventas.
Dentro de no muchos años el Big Data estará tan integrado en las empresas que trabajaremos con él como lo hacemos en la actualidad con una base de datos, un presupuesto, un Excel, un Word, etc.