Para ser una diva de la música no sólo es necesario poseer voz, belleza y talento. Tener una sabrosa cuenta bancaria es importante, y parece que la mayoría de las grandes así lo han demostrado. Madonna es la cantante femenina más rica del año pasado con 72 millones de dólares, seguida de la cantante Barbara Streisand, con 60 millones de dólares, según publicó ayer la revista Forbes.
La lista la complementan Céline Dion (45 millones de dólares), la colombiana Shakira (38), Beyoncé (27), Gwen Stefani (26), Christina Aguilera (20), Faith Hill (19), Dixie Chicks (18) y Mariah Carey (13).
Con 12 millones de dólares la revista sitúa a Hilary Duff, Avril Lavigne y Martina McBride, mientras que la problemática Britney Spears se embolsó ocho millones. En el último puesto figura Norah Jones, que aun así ganó 5,5 millones de dólares.
Confessions Tour
Además, la publicación, especializada en realizar listas de famosos, señala que Madonna acumuló esas ganancias entre junio de 2006 y el mismo mes de 2007 como resultado de su tour Confessions, el que mayores ingresos ha producido nunca a una cantante femenina con 260 millones de dólares en todo el mundo.
Pero su fuente de ingresos no termina aquí. Los diseños de ropa realizados para los grandes almacenes H&M y lo que la cadena NBC le abonó en concepto de derechos por la transmisión de un concierto en directo desde Londres han engrosado su cuenta todavía más.
A punto de cumplir 50 años en agosto, la reina del pop, además, ha llegado a acuerdos importantes con su casa de discos, el grupo Warner Music, para los próximos años.
Entre todas ellas, dice Forbes, acumulan unas ganancias de 420 millones de dólares procedentes de sus conciertos. Como anécdota, la revista señala que mientras asistir a un recital de Barbra Streisand, de 65 años y la mayor de esa lista, cuesta una media de 300 dólares, ver actuar a otros grandes de la música, como los Rolling Stones, supone abonar unos 137 dólares.