Mujer profesional

Dinero de la Unión Europea para mujeres emprendedoras

Las mujeres europes se sienten respaldadas por la administración. Foto: Archivo
Purificación García abrió el pasado verano un albergue rural y granja escuela. Cristina Bruno ha montado un gimnasio. Y Consuelo Martínez alquila caballos a aquellos turistas que quieren disfrutar de la montaña desde otro punto de vista.

¿Qué tienen en común estas mujeres? Las tres dirigen y gestionan su propia empresa, residen en la comarca valenciana de l'Horta Sud y para poner en pie su negocio han contado con la ayuda del programa europeo Desarrollo Integral de la Mujer Emprendedora (DIME).

Afortunadamente no son las únicas. Desde que comenzó su andadura a finales del 2005, esta iniciativa ha logrado que 60 mujeres de esta zona de Levante monten su propia empresa y generen una buena cantidad de puestos de trabajo. El objetivo es cuanto menos ambicioso: crear en los tres años de duración del programa 225 negocios dirigidos y gestionados exclusivamente por mujeres.

Financiación contra la igualdad

El proyecto se inserta en la iniciativa comunitaria Equal, que trata de combatir todas las formas de desigualdad que se producen en el mercado laboral, sobre todo aquéllas que se basan en el sexo, y está financiado por el Fondo Social Europeo, que ha concedido a la Mancomunidad de l'Horta Sud una subvención de 1,6 millones de euros para desarrollar el programa.

Cada empresa obtiene una aportación de 3.000 euros y microcréditos bancarios a cinco años sin necesidad de aval.

"Se trata de emprender acciones que permitan superar las barreras a las que se enfrentan las mujeres a la hora de poner en marcha un negocio. Las principales dificultades son de tipo personal y familiar, como la falta de autoestima empresarial o la dificultad para conciliar vida familiar y profesional", comenta Marta Castillo, directora del proyecto DIME.

Formación y asesoramiento

Las mujeres que participan en este programa reciben cursos de formación y asesoramiento individualizado para ayudarles a montar una empresa. La única condición que se les pide es que estén empadronadas en la comarca. Si son de fuera, deben abrir su negocio en la región.

Puede acceder al programa cualquier mujer que cumpla estos requisitos, pero la mayoría son personas que tienen dificultades para acceder al mercado laboral. "Suelen tener entre 30 y 45 años, llevan más de un año en paro, están casadas y su perfil formativo es medio-bajo. Muchas son mujeres que se han dedicado durante años al cuidado de los hijos y les cuesta integrase en el mercado de trabajo", asegura Castillo.

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