
Nos hemos desplazado hasta el circuito de pruebas Hakka Ring en Toledo, centro de desarrollo de neumáticos de Nokian Tyres, para poner a prueba la gama deportiva de Mini, la John Cooper Works, en circuito, Óvalo y carretera abierta ¿Habrán cumplido nuestras expectativas?
Una vez en la sede de BMW, optamos por coger un Aceman (de motorización estándar y sin ser la versión JCW que probaríamos más tarde) para desplazarnos hasta el circuito, ubicado en Toledo, y poder así testar cuáles son los consumos de este coche en un desplazamiento que se sale del día a día habitual.
Sorprendidos con su desempeño y comodidad a bordo, su consumo (homologa entre 14.1 y 14.7 kWh a los 100 y lo hicimos en apenas 13 con poco en una conducción normal) permite no tener que estar pendiente de tener que buscar un cargador, incluso yendo y viniendo de Madrid a Toledo con una ruta intermedia, lo que lo convierte en una gran opción para el día a día y las escapadas de fin de semana.
Una vez allí, la prueba se divide en cuatro fases: circuito, óvalo, prueba en carretera y circuito de karting, para poder así comparar no solo la conducción de un kart con la del Mini Cooper JCW cuya conducción nos dicen, se asemeja a la del monoplaza salvando las distancias que lo diferencian, sino también, el modo Go Kart que incorporan estar versiones.
Circuito

En esta fase de la prueba enfrentamos a dos modelos, el Cooper de competición y el Aceman John Cooper Works para ver sus diferencias en pista.
Una vez hecho el circuito con ambos coches, y además del tacto de pedales y dirección del de competición, notamos la incorporación de esa faceta al coche de calle, que sin mucho esfuerzo, apura las curvas y permite una conducción dinámica sin atisbo de pasada o irse largo pese al peso y dimensiones del modelo.
Óvalo

En esta prueba en la que por seguridad solo podemos ir de copilotos, el Mini Cooper John Cooper Works alcanza una velocidad punta de 240 km/h, lo que permite así sentir la fuerza G prolongada en el giro (y su agarre pese a una inclinación de 41 grados), así como su estabilidad en recta abierta con viento lateral a alta velocidad ¿El resultado? Nos sentimos seguros en todo momento y parece que al Mini el empuje del viento le es indiferente.
Karting

En este circuito de conos el objetivo era claro: disfrutar e ir lo más rápido posible ¿El problema? Que en kart es fácil, pero una vez te subes al Cooper la cosa cambia y el circuito se hace mucho más estrecho que antes.
En el kart la sensación de control es superior, sin embargo, la del Mini que uno se espera sea diferente, sorprende y salvando las distancias, permite una docilidad que hace que se fácil jugar con el coche y apurar las curvas, lo que en carretera de montaña como puertos, permitirá sacarle mayor partido al coche y divertirse.
Prueba en carretera

Para la prueba en exterior decidimos optar por conducir el Mini Cooper JCW descapotable (aunque siendo las cuatro de la tarde y estando a 38º en Toledo, lo de descapotarlo lo dejamos para otra ocasión.
El coche desde el primer momento sorprende, una entrega de potencia inmediata y unos frenos acorde con su potencia, permiten que, sin salirnos de la normativa legal en carreteras, pasemos un buen rato a bordo de este pequeño cohete, eso sí, con levas para un mayor placer de conducción.
¿Conclusión? El Mini no solo es un coche con un largo pasado basado en la competición, sino que la gama actual mantiene esa esencia de coche pequeño (o compacto según el modelo) pero deportivo, más aún en las versiones John Cooper Works.
Con unos precios que rondan los 40 mil euros y que pueden parecer altos, la verdad es que sí, podrás tener un coche de dimensiones similares y que te lleve a los sitios por bastante menos, ¿pero con el diseño, personalidad y carácter de estos Mini que permiten a uno divertirse conduciendo? Ni de lejos.