El auge de los fabricantes chinos en la industria automotriz está presionando a las automovilísticas japonesas, firmas que han sido, tradicionalmente, auténticas reinas del motor global. Sin embargo, la apuesta por la producción masiva de coches eléctricos por parte de las firmas chinas está surtiendo efecto, lo cual está minando las prestaciones de firmas que construyeron su fuerte posición sobre el motor de combustión, como Toyota. En este sentido, la situación es más complicada para firmas titanes con menos músculo como Honda y Nissan, las cuales han llegado a la conclusión de que juntas pueden enfrentarse al Dragón Rojo en mejores condiciones. De producirse esta fusión, la batuta la sostendría Honda, quien está interesada en ciertas partituras del repertorio de Nissan con las que podría componer una balada que podría amansar la fiereza de las automovilísticas chinas.
La defensa a ultranza del motor de combustión disminuye progresivamente entre los capos japoneses del motor a medida que ven cómo sus rivales chinos están arrebatándoles sus cuotas de mercado con la producción de coches eléctricos. Tras comunicar las negociaciones para su fusión, Honda y Nissan celebraron, junto a Mitsubishi (de la que Nissan es accionista mayoritario), una rueda de prensa en la que participaron sus respectivos consejeros delegados. Allí, Toshiro Mibe, CEO de Honda, aseguró que el auge de los fabricantes chinos había transformado el mercado, y que tenían que incrementar sus capacidades para combatirlos de cara a 2030. "De lo contrario, habremos perdido", sentenció Mibe.
La fusión sería un movimiento positivo para ambas firmas, cuyos últimos resultados semestrales han sido decepcionantes, especialmente para Nissan, que anunció además el despido de 9.000 trabajadores en todo el mundo. No obstante, no todo está perdido. Las ventas globales registradas entre enero y noviembre de 2024 evidencian dos cosas: que Honda llevaría la voz cantante tras la fusión y que, juntas y sobre el papel, estarían en condiciones de sobrepasar a BYD. Así, Honda vendió 3,43 millones de unidades, frente a los 3 millones de Nissan, cifras que, juntas, superarían los 3,76 millones de coches vendidos por la firma china.
Sin embargo, estas cifras son relativas, ya que BYD fabrica coches eléctricos y muchos de los vehículos fabricados por las firmas niponas son de combustión. Modificar esta realidad es uno de los planes de Honda, compañía que está dispuesta a utilizar la tecnología de Nissan para mejorar su catálogo de vehículos. Así, solo dos modelos de vehículos medianos, el CR-V y Accord, tienen habilitados el sistema híbrido de Honda, razón por la cual la compañía de Mibe está interesada en los grandes vehículos de Nissan. Entre ellos se encuentran los SUV (Vehículos Deportivos Utilitarios) como los modelos Armada y Pathfinder, los cuales han llamado la atención de Honda.
Además, el jefe de desarrollo de baterías de coches eléctricos de Honda aseguró recientemente que el motor y la autonomía de las baterías de la marca podían adaptarse correctamente a vehículos más grandes, lo cual facilitaría su implementación en los modelos más amplios de Nissan. Incrementar las prestaciones tecnológicas para la fabricación de vehículos eléctricos es fundamental para Honda. En el catálogo de la compañía solo hay un modelo 'crossover' completamente eléctrico, y que surgió tras una alianza con General Motors, valorada en 5.000 millones de dólares, la cual concluyó a finales de 2023.
Por otro lado, Noriya Kaihara, vicepresidente de Honda, afirmó en el CES Las Vegas de 2025 que la firma veía en Nissan una oportunidad para reducir costes en los futuros vehículos definidos por software (software-defined vehicles, en inglés), una tecnología clave en la industria automotriz actual. Para Honda es clave, ya que esto les permitiría avanzar en el desenvolvimiento de los coches eléctricos y de los vehículos autónomos, los cuales constituyen un verdadero reto para otras firmas como Tesla.
Así las cosas, Honda y Nissan quieren mejorar su competitividad frente a la creciente y vigorosa industria automovilística china. Además, esta unión les aseguraría una plataforma más solida sobre la que asirse de cara a las turbulencias que se avecinan desde la nueva Administración Trump en materia comercial. La dura e indiscriminada política arancelaria puede salpicar las factorías de Honda en México y Canadá, lo cual obligaría a la firma a trasladarse a otros países, e incluso volver a Japón. En cualquier caso, en la firma tienen claro que la fusión es clave para asaltar el mercado de los coches eléctricos, los cuales son "la solución para el futuro, lo cual no será cambiado", según afirmó Kaihara.