
En el marco de la celebración anual de la Jeep Academy donde conducir en diferentes pistas off road con sus vehículos, hemos podido probar toda la gama e-Hybrid entre la que destaca el nuevo Avenger, un SUV urbano que ya contaba con motorizaciones de gasolina y eléctrico, y al que suma ahora el híbrido.
Algunas de las dudas que suele surgir entre las personas a la hora de escoger un híbrido es si este sistema de motorización supone un gran peso extra y si resta espacio al habitáculo, concretamente, si esto cambia lo suficiente como para percibirse en la conducción y tenemos una respuesta: para nada. Con apenas 100 kg extra frente a la versión de gasolina, el espacio interior es el mismo que en el modelo de gasolina y la repartición de pesos es la optima, lo que hace imperceptible para el conductor esta diferencia de peso.

Esta hibridación no solo ofrece al cliente la oportunidad de tener una tercera motorización disponible en caso de no querer una versión 100% eléctrica o 100% gasolina, sino que también reduce las emisiones y el consumo de combustible un 13% frente al motor térmico (se eleva al 28% en conducción urbana), a lo que se suma un 20% extra de reducción de gasto gracias a la transmisión automática electrificada frente a una tradicional.
Sistema de hibridación: mejor a baja velocidad y en vías urbanas
El sistema híbrido pueden mover el eje delantero de forma independiente, lo que quiere decir que los desplazamientos a baja velocidad, inferior a 30 km/h, como los que se hacen en ciudad, no consumirán combustible y aprovecharán esa batería de 0,9 kWh para efectuar este tipo de maniobras, pudiendo recorrer hasta 1km con este motor.

Entre los modelos probados en pista con tierra, barro, grava e incluso un río de por medio, figuraban además del protagonista Avenger, el emblemático e innigualable Wrangler, el Renegade, el Compass y el Grand Cherokee.