Motor

Toyota va a contracorriente y se resiste a electrificar todos sus vehículos

  • Su objetivo es vender 3,5 millones de coches eléctricos al año en 2030
Toyota Corolla. Foto: iStock

Hace 20 años, Toyota lanzaba el Prius híbrido, un coche electrificado que fue copiado por muchas marcas e inicio la carrera por convertirse en la compañía más 'eco' del mercado. Después de ser los impulsores de este cambio, ahora mantienen una posición más "conservadora" dentro de la industria de los coches eléctricos.

El sector automovilístico se está moviendo en otro sentido y está orientado a las baterías eléctricas. Mientras marcas de la competencia como General Motors –7.000 millones- o Volkswagen –10.000 millones- se estaban comprometiendo a invertir millones de dólares en el desarrollo de coches totalmente eléctricos, Toyota –3.500 millones- se quedaba en un segundo plano. Aunque en los últimos tiempos la compañía ha realizado anuncios de gastos similares, continúan centrados en su apuesta por los vehículos ´electrificados´. Una estrategia que ha causado cierto revuelo sobre su compromiso con el medio ambiente, aunque la firma sostiene que planea ser neutra en carbono en 2050.

Toyota justifica su táctica defendiendo que no todas las zonas del mundo adoptarán el coche eléctrico al mismo tiempo debido a su coste y a la falta de infraestructuras. "Por mucho que la gente quiera hablar sobre los vehículos eléctricos, el mercado no es lo suficientemente maduro ni está lo suficientemente preparado... al nivel que necesitaríamos para un movimiento masivo", dijo Jack Hollis, vicepresidente ejecutivo de ventas de Toyota Motor Norteamérica. Una estrategia que también están siguiendo otras marcas como Ford, Stellantis y otras compañías japonesas.

Esta visión más continuista ha hecho que la empresa no se juegue todo a una carta, ya que sostienen que los coches electrificados son una de las soluciones, pero no la única. "En el largo plazo, no invierto suponiendo que los eléctricos de batería sean el 100% del mercado. Sencillamente, no lo veo", dijo Jim Adler, director gerente fundador de Toyota Ventures, la unidad de capital riesgo del fabricante de automóviles. "Realmente será un mercado mixto".

Paul Waatti, gerente de análisis de la industria en AutoPacific, cree que Toyota está "definitivamente en el lado conservador", algo que necesariamente no tiene por qué ser algo malo para una firma que en 2021 vendió 10,49 millones de vehículos en todo el mundo. "Creo que están cubriendo sus apuestas", dijo a CNBC. "Desde una perspectiva global, muchos mercados se mueven a diferentes ritmos. EEUU es más lento que Europa y China en la adopción de vehículos eléctricos, pero hay otros mercados donde no hay ninguna infraestructura. Adoptar un enfoque variado en los sistemas de propulsión tiene sentido para un fabricante de automóviles global".

Dentro de su estrategia, la multinacional invertirá 5.600 millones de dólares en la producción de baterías híbridas y totalmente electrificadas en EEUU y Japón. Su objetivo es vender 3,5 millones de coches eléctricos al año en 2030. Esto supondría más de un tercio de sus ventas actuales, incluyendo las de su marca de lujo Lexus, con la que planean contar con vehículos 100% sostenibles en Norteamérica, Europa y China para ese año.

Una de esas otras apuestas son los vehículos con pila de combustible de hidrógeno, una segunda generación de su Mirai. Estos coches funcionan de forma similar a los de batería, la gran diferencia es que estos se alimentan de electricidad generada por hidrógeno y oxígeno, usando sólo vapor de agua como único subproducto. "Los BEV- vehículo de batería eléctrica-, las pilas de combustible, los híbridos enchufables, todas esas herramientas de reducción -combustibles fósiles- van a ocurrir, y todas son importantes", dijo Hollis. Aunque esta otra alternativa se enfrenta a los mismos frentes que los eléctricos: altos costes, falta de infraestructuras y en gran parte de los casos la comprensión del consumidor. No es la única de las alternativas que está estudiando Toyota: los e-combustibles que son neutros desde el punto de vista climático, son otra de sus opciones.

Esta estrategia tan criticada tiene un menor coste económico que si invirtieran todo – mayor cantidad - en los coches eléctricos, debido al alto importe que tienen las materias primas necesarias para este tipo de vehículos. Gill Pratt, científico jefe de Toyota y director general del Instituto de Investigación de la compañía, cree que "en los próximos 10 años, más o menos, va a haber tremendos cuellos de botella en el suministro de litio en todo el mundo". Ya que "no hay más que ver el número de minas que hay que hacer. También va a haber un cuello de botella con el níquel de grado de batería debido al número de refinerías que hay que pagar cuando la demanda está subiendo tan rápido", sentenciaba Pratt.

Críticas de sectores ecologistas

Greenpeace le ha otorgado el último puesto en un informe, sobre la descarbonización de diez fabricantes de vehículos. En ese estudio se destacaba la lentitud de su cadena de suministro y que tan solo el 1% de sus ventas provienen de vehículos de cero emisiones o eléctricos. Katherine García, directora de la campaña Transporte Limpio para Todos del Sierra Club, insiste a CNBC en que "el hecho es que un híbrido hoy no es tecnología verde. El Prius híbrido funciona con un motor de combustión que emite contaminación que se encuentra en cualquier automóvil a gasolina".

Salida de Rusia

En medio de toda la estrategia para hacer frente a un posible fin de los carburantes tradicionales, el grupo de automoción dejará de fabricar coches en Rusia de forma definitiva. Tras el inicio de la ofensiva contra Ucrania, el 4 de marzo la compañía decidió paralizar su fabricación en su planta de San Petersburgo. Durante este tiempo la multinacional ha mantenido a su plantilla, pero al no poder reanudar las operaciones en esta sede y sin atisbos de que eso vaya a suceder en el corto plazo, han dejado de fabricar en el país.

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