Moda

Palomo Spain, a pleno pulmón en el Teatro Real, su pasarela en MBFWMadrid

Madrid, 28 ene (EFE).- Alejandro Gómez Palomo, Palomo Spain, hizo del Teatro Real el colofón de la pasarela MBFWMadrid a donde trasladó la corte de Felipe IV y las acuarelas de Velázquez, para terminar enmarcando a los modelos como trofeos tras el lance, en un guiño al hilo conductor de la colección, su visión de la caza.

Mercedes-Benz Fashion Week Madrid cerró la pasarela madrileña con el desfile más mediático de toda la semana, a cargo del cordobés que presentó hoy su sexta colección, un trabajo que se mueve cerca de la alta costura y que demuestra que Palomo Spain es ropa para hombres.

Sus diseños no son un carnaval, sino piezas cargadas de ricos brocados y cuidados detalles, que hablan de ternura, de valentía, de masculinidad, de sofisticación, de poesía, de arte y de su pueblo.

Tras escuchar una historia de caza furtiva que le contaron unos chavales de su tierra, Pajares (Córdoba), este joven creador de 25 años, ideó su propia montería en la que no tenía cabida la tradición, sino la rebeldía, la transgresión y el gusto palaciego de la Casa de Austria.

Tomando como modelo un retrato de Felipe IV, realizado por Velázquez, Palomo propuso jubones, calzones conjuntados con pantalones a modo de botas mosqueteras, "tops" ajustados, faldas, capas, hermosas blusas y chaquetas con volumen en las mangas, junto a impecables cuellos blancos, que en el siglo XVII se llamaban gorgueras.

Recuperó el "tweed", el tartán y la lana en capas, los pantalones estampados y un sin fin de aperos de caza.

"Para hacer esta colección hemos volado", explicó Palomo, que tuvo que confeccionar los diseños en menos de tres semanas, "con tan solo ocho costureras para llegar al calendario de París", donde estrenó la colección hace apenas quince días.

En el desfile del diseñador español con más proyección internacional también hubo fabulosas plumas que decoraban los exquisitos tocados de la sevillana firma Tolentino y también el vestido de novia, que lució su pareja, Pol, que cerró el desfile y Palomo selló con un beso en sus labios.

En muy poco tiempo, algo más de dos años, los diseños de este cordobés han dado la vuelta al mundo, desde Nueva York a Moscú pasando por París, donde este año ha inaugurado la pasarela masculina. "Mi intención es seguir desfilando en París y compaginarlo con Madrid, allí es donde se cuece todo", ha dicho.

El creador, que hasta ahora había apostado por tonos saturados, prefirió sustituir el brillo por una paleta austera, en verdes y marrones, desea "expandir la firma y hacer una marca redonda, incluso llegar a la alta costura".

Pero mientras eso ocurre, no deja de crear y de soñar, y entre esos deseos se imagina como director creativo de Chanel o "aún mejor", de Jean Paul Gaultier, "donde encajaría perfectamente", confesó risueño.

Rita Ora o Beyoncé son algunas de las estrellas que han vestido sus diseños. Confía en que Tilda Swinton los elija en alguna ocasión y le hubiera encantado diseñar la ropa de Michael Jackson, "aunque disfruto igual mis diseños cuando los viste mi novio".

Alejandro Gómez Palomo, este chico de pueblo que creció con una buena colección de muñecas Barbies a las que confeccionaba sus modelos favoritos y que estudió en Londres, mantiene las raíces de su tierra, su seña de identidad y también los pies en el suelo, aunque sus alas no dejan de volar.

La sastrería contemporánea de García Madrid, que cuenta con tienda propia en Santiago de Chile (Chile) consiguió que lo moderno y lo clásico caminen juntos, tanto en las prendas masculinas de noche como el esmoquin y en los trajes de día.

Si en sus propuestas anteriores apostó por siluetas muy ceñidas, ahora García Madrid defiende volúmenes más amplios y pantalones con pinzas, "que permiten libertad, movimiento y comodidad", explicó el diseñador.

Chaquetas brocadas con vistosas flores, abrigos de lana de doble cara, americanas de terciopelo y piezas de lana merina que "revisionan la moda 'après-ski'" son algunas de las variadas opciones que propuso para hombre.

Un capítulo aparte merece el esmoquin, una traje que García Madrid conoce a la perfección y que, en esta ocasión, lo presentó con un estampado de pata de gallo y cuadro 'vichy', prendas que conjunta con camisas adornadas con tiras de terciopelo.

Inmaculada Tapia/Carmen Martín.

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