A la hora de demostrar que el administrador de una empresa ha utilizado recursos de dicha sociedad para llevar a cabo tareas en beneficio propio -en este caso, en concreto, se trata de una demanda interpuesta por las hijas de la administradora, miembros todas de la sociedad, por usar a la empresa de mantenimiento para hacer obras en casa de otro hijo de la demandada-, es necesario que la parte acusadora logre probarlo suficientemente. No basta, en este sentido, una factura en la que no conste el domicilio real donde se llevó a cabo supuestamente dicha obra, siendo necesaria la confesión del trabajador o cualquier otra prueba que demuestre la falsedad del documento, según esta sentencia de la AP de Madrid, de 22 de julio de 2011.