El Gobierno británico garantiza pulcritud ecológica ante la mayor ampliación en 60 años del aeropuerto de BAA (Ferrovial)
LONDRES, 15 (EUROPA PRESS)
El Gobierno británico confirmó hoy su intención de construir la controvertida tercera pista del aeropuerto londinense de Heathrow, que gestiona BAA, grupo aeroportuario filial de FERROVIAL <:FER.MC:> pese al rechazo de ecologistas y de la propia oposición, y de complementar su funcionamiento con una nueva red de Alta Velocidad ferroviaria que conectará la capital del país hacia el Norte con una nueva terminal, la sexta del aeródromo.
El ministro de Transportes, Geoff Hoon, cumplió hoy en el Parlamento con los anuncios dados a conocer previamente por los medios de comunicación y avanzó que la programación de las obras de la pista, que supondrán una inversión de unos 9.000 millones de libras (alrededor de 10.000 millones de euros), fija su inicio para 2015 y su conclusión en 2019.
No obstante, el fuerte rechazo generado por esta infraestructura, incluso en el seno del propio Ejecutivo, llevará aparejada una batalla legal que podría retrasar los plazos y con la que grupos ecologistas y plataformas ciudadanas pretenden impedir su Construccion (ICONSTR.MC) reivindicada hoy por Hoon como "vital" para el futuro económico de Reino Unido y la competitividad de Heathrow frente a sus rivales de París, Amsterdam y Frankfurt, con cuatro pistas cada uno.
Entre los que se oponen a la ampliación, que sería la más importante en 60 años, figuran los 'tories', quienes han anunciado que la abortarán en caso de hacerse con el poder en las generales previstas en principio para el próximo año, además del propio alcalde de Londres, el conservador Boris Johnson, quien apuesta por la construcción de un nuevo aeropuerto en el estuario del Támesis. "Hoy es un día triste para el medio ambiente", aseguró la portavoz de Transporte 'tory', quien auguró "efectos devastadores".
Además, miembros del Gabinete como el titular de Cambio Climático y Energía, Ed Miliband; el de Medio Ambiente, Hillary Benn; y la propia vicelíder laborista, Harriet Harmann; han expresado su preocupación por un proyecto que se planteó por primera vez en 2003 y cuya resolución se ha venido retrasando, la última vez, el pasado diciembre, debido a la falta de consenso en el Gobierno.
GARANTIAS.
El propio Ed Miliband ha asegurado que sería una pista "parcial" y al menos unos 50 diputados laboristas han expresado abiertamente su oposición, que el Gobierno pretende aplacar con la introducción de garantías para limitar el nivel de emisiones con un acuerdo con las aerolíneas, a las que se les exigirá como condición que cuenten con los aviones tecnológicamente más avanzados contra la contaminación para acceder a 'slots' que el titular de Transporte calificó de "verdes". "Trabajaremos por metas ambientales de calidad", aseguró.
Con todo, unas 700 viviendas en las que residen unas 2.000 personas tendrán que ser demolidas para abrir espacio a un proyecto que aspira a incrementar el número de vuelos anuales de los 480.000 actuales a unos 702.000 en el horizonte de 2030, un objetivo que, según los activistas ambientales, abocaría al fracaso los objetivos de reducir las emisiones en un 80% en torno al año 2050.
La alternativa de los que rechazan la ampliación propone ampliar la red de ferrocarril para dotar al país de un sistema integrado y competitivo. Por ello, el Gobierno ha introducido en el plan de transporte, anunciado en la Cámara de los Comunes, una apuesta por el tren centrada en una nueva línea que una Londres con el Norte, pasando por Heathrow.
COMBINACION.
Sin embargo, el propio primer ministro, Gordon Brown, declaró hoy desde Berlín que el "deseo" del Gobierno es siempre "garantizar que se asegura el futuro económico del país, al tiempo que se cumplen las severas condiciones medioambientales que se han fijado tanto para contaminación acústica como cambio climático". "Y creo que se verá reflejado en el proyecto", aseveró.
De esta forma, las previsiones en materia ferroviaria barajan una línea a 320 kilómetros por hora que circularía de forma paralela a la red actual, fuertemente saturada, y que uniría la capital británica con Birmingham con un ramal a Heathrow desde la céntrica estación londinense de Saint Pancrass, así como con el Eurostar que conecta las islas con París y Bruselas.
No obstante, el proyecto está sin concretar todavía y podría no empezar a materializarse hasta bien entrada la tercera década del siglo. Aún así, el diseño apunta a concluir en Birmingham una de las fases debido a que la mayor congestión se produce en esta ciudad, si bien los nuevos trenes mantendrán un notable nivel de seguridad hasta Manchester y Liverpool, y posteriormente hasta Escocia, aunque no el máximo de 320 kilómetros por hora.