Los supervivientes, muchos de ellos gravemente enfermos, insisten en que tanto la empresa como el propio Gobierno indio les ignoran
MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
El próximo 3 de diciembre se cumplirán 22 años de la catástrofe que la multinacional estadounidense de pesticidas Union Carbide provocó en Bhopal, India, cuando se produjo un escape de más de 40 toneladas de gases tóxicos, entre ellos isocianato de metilo y cianuro de hidrógeno, durante unas labores de mantenimiento rutinarias en uno de los tanques de almacenamiento de la planta de la compañía. Con este motivo, Amnistía Internacional USA recuerda, un año más, que la firma, absorbida después por Dow Chemical, "sigue declinando su responsabilidad" y las víctimas "siguen sufriendo".
Según AI, los datos indican que en el momento del escape y durante los siguientes tres días murieron unos 8.000 bhopalíes por exposición directa a los gases y más de 15.000 murieron después a causa de las secuelas sufridas. Para quienes sobrevivieron, el sufrimiento "es ahora su modo de vida", recuerda la organización.
"La enfermedad constante, las mutilaciones, el dolor, la carencia de ayuda de las autoridades y de la empresa --recuerda AI-- hacen de su vida una miseria diaria para cientos de miles de personas actualmente".
Se calcula que la cifra final de muertos pudo superar las 20.000 personas. Union Carbide se negó a suministrar información sobre la naturaleza y la composición de los gases emitidos, lo que habría supuesto para los médicos la posibilidad de dar un tratamiento adecuado a las personas intoxicadas. Todavía hoy, dice AI, "ni Union Carbide ni su propietaria actual, Dow Chemical, ha dado información a los supervivientes y a las agencias médicas indias sobre la composición exacta del gas liberado y sobre sus efectos para la salud humana".
En este sentido, la ONG pide en una carta abierta dirigida a sus activistas, así como a todos los ciudadanos, que "no se olvide" a estas víctimas y que se "alce la voz" en todo el mundo para apoyar a los supervivientes de Bhopal, "que siguen demandando justicia".
A su juicio, la negligencia de la empresa y de muchas de las personas que trabajaban en ella, además del desconocimiento de qué otras sustancias peligrosas pudieron escaparse de la fábrica de Union Carbide aquella noche hace que AI siga mostrando su preocupación después de más de 20 años de producirse la tragedia, "especialmente por el hecho de que la compañía responsable continúa manteniendo que la composición del escape es un secreto de fabricación". Esto hace que los médicos "sigan sin saber cómo tratar a los afectados", recuerdan.
Cuando Union Carbide abandonó la fábrica "abandonó también miles de toneladas de productos químicos peligrosos en el interior de los tanques que pueden salir al exterior con la acción de tiempo, el viento o la lluvia". Desde que ocurriera la tragedia más de 20 monzones han 'lavado' y diseminado estas sustancias químicas en el suelo, y ahora los pozos de más de una docena de comunidades locales, almacenan miles de litros de estas sustancias, que están "envenenado a los habitantes y causándoles cáncer y malformaciones de nacimiento".
Amnistía Internacional incluye en esta carta los testimonios de algunos de los afectados, como Sanjay y su hermana Mumta, su marido, su hijo y su hermano Sunil, que explican que Union Carbide fue comprada por Dow Chemical en 2001 y desapareció, pero "para nosotros no ha habido ningún cambio".
Dow "alardeó ante Naciones Unidas el pasado mes de julio de que limpiaría el agua de todo el mundo con nuevos productos potabilizadores, pero rechaza limpiar Bhopal", señalan. Mientras tanto, dicen, la gente que bebe el agua envenenada "se pone seriamente enferma y muchos niños nacen con deformidades". "Sustancias tóxicas han sido descubiertas hasta en la leche de las madres, mientras que Dow dice que los productos que salieron de Union Carbide no son preocupantes".
"El Gobierno indio debe protegernos", insisten, pero "no lo hace". "De hecho, lleva años ignorándonos, al igual que Carbide y que Dow Chemical".
RECUERDOS 'NEGROS'
"De la noche del escape apenas recuerdo nada, --explica Sanjay--, porque sólo tenía 18 meses, pero sé que cambió mi vida para siempre: la mía y la de toda mi familia, amigos y vecinos de Bhopal. Sólo dos de los ocho miembros de mi familia sobrevivieron. A mi padre, madre, hermanos y hermanas, nunca les conoceré", agrega. "Pensar en la forma en que ellos murieron me llena de horror", afirma.
"Fui criado por mi hermano mayor, Sunil, quien asumió el papel de jefe de la familia cuando él tenía solamente 13 años". La tensión, la cólera, la frustración y el terror de las enfermedades que vivimos después de aquello eran demasiado para él", y por ello acabó psíquicamente enfermo, diagnosticado con esquizofrenia. "Todos estos años ha desarrollado acciones muy activas en favor de las víctimas, pero después se desesperó porque comprobó que no existía la justicia", explica. Un fatídico día del pasado mes de julio, Sunil decidió acabar con su propia vida.
En el 22 aniversario de esta tragedia, Amnistía Internacional pide la unión de los miles de supervivientes de Bhopal para asegurar que esta lucha no es olvidada. "Hay muchas formas para ayudar", anima AI, entre ellas visitar la página 'Acción Bhopal' de Amnistía para averiguar cómo ocurrió y conocer a los culpables. "Estamos realmente agradecido por el apoyo de activistas como usted", concluye AI. "En el mundo hay poca justicia, pero saber que existen personas comprometidas a nuestro lado en esta lucha nos mantiene vivos".
Relacionados
- RSC.- Amnistía Internacional denuncia que los trabajadores inmigrantes sufren abusos y explotación en Corea del Sur
- RSC.- Amnistia Internacional pide que se prohiba la discriminación laboral por razones de orientación sexual en Letonia
- RSC.- Amnistía Internacional pide el fin de las amenazas a agricultores de plantaciones de café al este de Guatemala
- RSC.- Amnistia Internacional continúa su lucha contra Chevron Texaco por los indígenas afectados por su actividad
- RSC.- Greenpeace, Amnistía Internacional e Intermón Oxfam organizan el lunes un seminario sobre el comercio de armas