
El inversor Bernard Madoff no terminó el año como lo empezó, pero, al menos, parece estar siguiendo a rajatabla las condiciones impuestas por la justicia estadounidense. El pasado 31 de diciembre, el presunto responsable de uno de los mayores fraudes de la historia estadounidense, entregó a la SEC una lista detallada de todas sus posesiones personales.
Las autoridades federales esperan encontrar así alguna clave que indique qué ha pasado con los miles de millones de dólares desaparecidos en toda esta trama.
El gestor de fondos, quien actualmente se encuentra bajo arresto domiciliario vigilado en su apartamento de Manhattan, cumplió con el límite impuesto por el juez del distrito, Louis L. Stanton, para revelar detalles sobre sus posesiones, cuentas bancarias, inversiones y otros intereses. La expectación sobre este documento es evidente, puesto que Madoff debería haber incluido los nombres y direcciones de cuentas bancarias de inversión donde debería encontrarse algun rastro del dinero de sus clientes.
La SEC confirmó a última hora del miércoles haber recibido la lista, pero optó por no revelar más detalles sobre el contenido de la misma.
No disponible
Por ahora, el documento no está disponible en ninguno de los juzgados que supervisan alguno de los casos registrados contra Madoff, aunque un portavoz de la SEC ha manifestado que la agencia todavía no ha tomado una decisión definitiva sobre si esta información debería o no hacerse pública. Cualquier posible pista sobre el destino del dinero restante gestionado por el inversor podría conducir a una posible indemnización para los estafados.
De hecho, entre los documentos entregados al juez Stanton durante el pasado lunes, a los que tuvo acceso elEconomista, se encuentran distintas cartas de afectados por el fraude llevado a cabo por Madoff, en las que los damnificados exigen algún tipo de remuneración. Este es el caso de Walter Burberry -ha perdido alrededor de 350.000 dólares- quien afirma en la misiv a que alguien "tiene que ser responsable de que estos activos no fueran regulados correctamente".
"Los ineptos directivos de Wall Street han causado mis pérdidas", añade. Burberry termina su carta añadiendo una dirección de correo a la que enviar el dinero.
Hasta la fecha, existen al menos tres cartas de este estilo en poder del magistrado que supervisa el caso, pero cualquier posible indemnización está en el aire hasta que se determine qué ha pasado con el dinero gestionado por Madoff, alrededor de 50.000 millones de dólares, según las estimaciones más benévolas.
Demandas a la vista
El abogado Matthew Gluck, socio del bufete Milberg, dijo a los medios de comunicación que "esperamos que la lista se haga pública". De no ser así, su bufete buscará la manera de forzar a la SEC a revelar dicha información para preparar las distintas demandas que muchos inversores y hedge funds afectados por el fraude han presentado contra Madoff.
De momento, se conoce que la riqueza personal de Madoff es sustancial. El inversor cuenta con una mansión en los Hamptons, zona de recreo de los norteamericanos ricos, cerca de Nueva York. Además, posee otra propiedad en Palm Beach, Florida, y un piso en Manhattan. A ello habría que sumar varios yates de lujo, además de las inversiones que toda la familia tenía distribuidas a lo largo del mundo. Aún así, todos estos activos sólo cubrirían una mínima parte del dinero que Madoff defraudó a sus clientes.
El próximo lunes, el Comité de Servicios Financieros del Congreso escuchará el testimonio de David Kotz, inspector general de la SEC, para destripar los detalles del caso. Y buena parte de la atención estará centrada en la negligente actitud de la SEC, incapaz de detectar el fraude, pese a que las señales de alerta se sucedieron durante años. Al menos así lo explicó el demócrata Paul Kanjorski, encargado de dirigir la comparecencia: "Tristemente, el señor Madoff ha contribuido a deteriorar aún más la demacrada confianza de los inversores en los mercados, aunque el caso ayudará a reescribir las normas del sistema financiero de EEUU".