
La semana del 15 de septiembre al 15 de octubre no se la deseo ni a mi peor enemigo. Ni siquiera sabíamos si el sector en el que trabajábamos iba a sobrevivir". Con esta frase condensa Alicia Jiménez, directora de análisis de Selftrade, las jornadas que para ella han sido claves en 2008. "Fueron sesiones en que cada dos días la noticia que llegaba era peor que la anterior", recuerda.
Comenzó con la caída de Lehman, continuó con la intervención de Fortis e ING, y terminó cuando todos los planes de rescate aprobados por los distintos Estados estuvieron sobre la mesa y los principales bancos centrales se pusieron de acuerdo para rebajar el precio del dinero de forma conjunta. Con un presupuesto de casi cinco billones de euros para respaldar al sector financiero (importe en el que no se incluyen los planes de rescate económicos), las bolsas se relajaron lo suficiente como para maquillar un poco el desastre de año.
Pero sólo en la mínima. Desde el punto más bajo al que llegó a caer el Ibex 35 el pasado 28 de octubre, a 7.905,4 puntos, se ha avanzado un 16%. Un rebote que ha reducido las pérdidas anuales hasta el 39,43 por ciento, cuando en el peor momento del ejercicio ascendieron al 48 por ciento. Pero especialmente indica un cambio en las preocupaciones de los inversores. "Si hubo una semana en octubre que estuvimos al borde del colapso, en la que se temía por la supervivencia del sistema, el foco de los temores ha virado. Hemos pasado del pánico bancario a la preocupación por la economía y esto es bueno", apunta Guillermo Escribano, desde Metagestión.
En cualquier caso, quienes se dedican a las inversiones apuntan que se acaba de cerrar un año "histórico", en el que "no se podía desconectar ni siquiera los fines de semana", narra Escribano. "Hemos aprendido que cuando se dice que la realidad supera a la ficción es totalmente cierto. No era ni imaginable lo que iba a suceder, pero ni siquiera para la Reserva Federal. No quiero ni pensar la cara que se les quedó cuando, después de rebajar el precio del dinero de urgencia tras el desplome bursátil del 21 de enero, descubrieron que se debía a que Sociéte Générale había necesitado cerrar posiciones en futuros al descubrir las operaciones de Kerviel", reflexiona Gonzalo Lardíes, gestor de Rothschild.
Cifras para recordar
El concluso 2008 es el peor año bursátil desde la Gran Depresión para la renta variable. En el caso del Ibex 35, éste ha sido el ejercicio en el que ha registrado el peor comportamiento de su historia, con un retroceso del 39,43%, que le ha dejado en 9.195,80 puntos. Este colosal desplome ha provocado, entre otras cosas, que la capitalización del conjunto de las acciones del principal índicador de la bolsa española se sitúe en cotas que no se conocían desde 2004, algo para escribir una página negra. El índice nació en 1992 y, desde entonces hasta la fecha, el curso en el que experimentó las mayores pérdidas fue el de 1992, cuando cayó un 28,11%. Si se hacen cálculos hacia atrás (el Ibex ha sido calculado de forma retrospectiva hasta 1988), en ninguno de estos años adicionales su comportamiento ha sido tan nefasto como en el último.
De todos los valores que negocian sus títulos en el Ibex, sólo uno, Fenosa, ha cerrado el año en verde. Hasta que Gas Natural decició adquirir en julio el 45% que ACS tenía en la eléctrica, las acciones de la compañía presidida por López Jiménez protagonizaron -en línea con la tendencia generalizada de los parqués- un descenso que las condujo a su mínimo en 2008, los 11,033 euros.
Sin embargo, desde ese momento, su cotización comenzó a repuntar. Con la transacción, la gasista asumió la obligación de lanzar una opa sobre Fenosa a 18,33 euros (cifra a la que hay que descontar los 0,28 euros de dividendo que reparte el viernes), y por este motivo los títulos de la eléctrica han ido poco a poco repuntando con objeto de alcanzar este precio.
El lado más oscuro del ejercicio
El polo opuesto a Fenosa ha resultado ser Sacyr, que ha cedido en 2008 un 74,34%. Acuciada por su deuda, la constructora se vio obligada a poner a la venta algunos de sus activos y los continuos retrasos en la enajenación de éstos han acabado por pasarle una severa factura. La venta de Repsol sigue pendiente.
Pero, si existe un sector que ha notado los efectos de la crisis, ese ha sido el bancario. Desde las caídas de las grandes entidades estadounidenses hasta el recientemente destapado caso Madoff, 2008 no ha concedido tregua alguna a los bancos de todo el mundo. En España, si bien el sector se ha mostrado especialmente firme, las entidades que forman parte del Ibex han cerrado el ejercicio por debajo de la tendencia de su indicador. Mientras que el selectivo ha caído en torno a un 40%, Santander y BBVA -la gran banca- ha perdido algo más de un 50% de media y Bankinter, Banesto y Popular -la banca mediana-, alrededor de un 45. Y no se espera que se recuperen rápidamente.
"Aunque la tendencia es invertir en los sectores que más han caído, no se debe olvidar que los que generan una crisis no suelen ser los que sacan a las entidades de ella", aconseja Gonzalo Lardíes, gestor de Rothschild.
¿Recuperación en 2009?
A día de hoy, el momento de la recuperación de los parqués sigue siendo una incógnita. La valoración de la bolsa es atractiva, tanto por precio como por rentabilidad por dividendo (en este instante, ya duplica la de 2003, al colocarse en el 6,34%).
En lo que se refiere al precio, el mercado sería atractivo de acuerdo con el PER (veces que el precio contiene el beneficio), que es muy inferior al de años anteriores. Sin embargo, existe el riesgo de que este ratio cambie, porque existen dudas acerca de los beneficios de 2009.
Por lo pronto, ya se espera que sean más bajos que los de 2008 y, con todo el año por delante, no se descartan nuevas revisiones. Alicia Jiménez, directora de análisis de Selftrade Bank, asegura que "si el mundo continúa -ella cree que sí-, la renta variable está llena de oportunidades". Eso no quiere decir, no obstante, que no quede una etapa de altibajos.