
Persiste la volatilidad y, también hay que decirlo, el buen tono técnico de esa sesión que era de reválida para unos bajistas que de repente parecían no tenerlo todo perdido. El ligero rebote y, sobre todo, la brillante recuperación desde una segunda zona de soporte antes de llegar a la línea de flotación alcista -que son los mínimos crecientes que pueden verse en el gráfico adjunto-, de mantenerse al cierre, otorgarían a los alcistas una respetable credibilidad pese a inesperada intensidad de la recaída del jueves.
La recuperación de Iberdrola Renovables es impresionante desde sus mínimos y aún así la impresión que parecen tener los inversores sobre su estado de fondo es deplorable.
Por estas cosas uno no puede esperar a que la mayoría -el consenso- piense de un modo para obrar en consecuencia. Hacer eso en un mercado es llegar tarde en la inmensa mayoría de las ocasiones.
El repunte del valor puede y debe continuar, alargándose hasta los 3 euros antes de que los bajistas se vean atraídos por la oportunidad que les brindará el lado corto de una tendencia que, tras un alza superior al 40% desde mínimos, es incluso más incontestable de lo que lo fue hace meses con un repunte cercano al 30%.
Una vez más se demuestra que no existen los valores defensivos. Una vez más se demuestra que la excepción es dolorosamente difícil de encontrar y que lo más sencillo en esta vida, al menos en el mercado, es seguir las reglas. Y la regla dice que un valor que sale al mercado, por grandes expectativas que le otorguen los analistas a priori, fracasará la mayoría de las veces si el mercado cae.
Lo vimos en el ciclo bajista de los años 2000-2003 gracias al comportamiento de valores como Telefónica Móviles o Prisa. Y lo hemos vuelto a ver ahora. No lo olviden, porque la próxima vez no será distinta...