El oficio de periodista tiene algunos días de esos en los que preguntas y te encuentras palabras que te van a acompañar toda la vida. Esta semana en un ejercicio de valoración de empresas, de esos que tanto hacemos en la sección de Mercados de elEconomista, me encontré con una respuesta que elevo a mis altares del análisis de mercados. "Es una lavadora". La compañía en sí misma tiene unas cargas financieras que convierten su 'ebitda' positivo en beneficio neto negativo. Pero las pérdidas acumuladas de los últimos años generan al potencial comprador (si tiene un negocio con el que ya gana dinero), unos créditos fiscales que hará que pague mucho menos a Hacienda. Dinero con el que poder invertir en la compañía adquirida para ponerla en beneficios... "Lavadora".
La imagen de la lavadora tuvo en mi cabeza una relación inmediata... Banco Santander quedándose por una limosna Popular. La jugada no pudo ser más acertada para la entidad que preside Ana Botín, y así se lo está reconociendo el mercado. El Santander se ha convertido desde entonces en la mejor recomendación de la banca española (puesto 11 de la Liga Ibex de elEconomista), por los innumerables potenciales que salen del rescate. Las pérdidas que generaba Popular en los últimos años le van a servir para apuntarse créditos fiscales por valor de 2.000 millones. El banco hizo una ampliación de capital de 7.000 millones de euros para dotaciones provenientes de la adquisición, pero son muchos los que piensan que ésta es la posición oficial, pero la oficiosa es que arreglaba otras cosas.
Las potenciales sinergias entre Santander y Popular son innumerables, y de algunas solo se puede opinar y no informar, porque como dice Iñaki Gabilondo, esta profesión se explica en diez segundos: "Di lo que sabes como una afirmación, y lo que piensas como una opinión". De momento, es más lo segundo. El Santander tratará de convertir todos los clientes Óptima de Popular en Select de Santander. El objetivo del banco es quitarle a Allianz todo el negocio que tenía con Popular, y entre este, todo el negocio de inversión colectiva. No será ni mucho menos un acuerdo fácil, porque Allianz es uno de los damnificados, como accionista, del hundimiento del Popular. Pero si el acuerdo se consigue, y Santander se queda con la gestión del dinero que hay en fondos de los clientes de Óptima, supondría para su cuenta de resultados unos 300 millones de beneficio. La operación tiene una doble carambola para el Santander, reforzaría a su gestora en un momento en el que se está debilitando, y despreocuparía más a la entidad del potencial impacto que pueda tener la llegada de ETFs fiscalmente traspasables sin coste fiscal para el particular.
El Santander, además, conseguiría recuperar la segunda posición en el negocio de fondos frente a BBVA. Una posición que curiosamente ha perdido, teniendo los dos productos más grandes de España, el de Lola Solana y José Antonio Montero de Espinosa.