
La expansión de la actividad de los hedge funds hacia otras áreas de negocio ha provocado que la supervisión por parte de los reguladores se torne cada vez más inquisitiva.
Sobre todo, en el momento en que la información a la que pueden acceder por este tipo de actividad pueda ser utilizada para adquirir posiciones de mercado. El hecho de que se sufrirán restricciones en el futuro parece ser ya un consenso en la industria y nos da más argumentos para apoyar aquellos gestores con posiciones liquidas y en activos de mercados regulados.