
El mercado descuenta un escenario deflacionista en el corto plazo, emergiendo como uno de los principales riesgos para el 2009.
Desde la segunda mitad del año, a raíz del empeoramiento de la crisis financiera y de su contagio a la economía real, el precio de las materias primas se ha desplomado (el brent cotiza por debajo de los 50 dólares), lo que ha contribuido al retroceso de los índices de precios de producción y de consumo.
Un escenario en el que las herramientas de política económica tradicionales pueden resultar ineficaces.