
Madrid, 27 ene (EFE).- El decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, José María Ezquiaga, considera que las viviendas de uso turístico deben tener una licencia parecida a la que se exige a los establecimientos de hostelería y de restauración, aunque con condiciones más sencillas.
En declaraciones a Efe, Ezquiaga se muestra partidario de establecer una regulación de los pisos turísticos, en defensa del consumidor, para garantizar la salubridad y la seguridad del propio inquilino.
Coincide con el Ayuntamiento de la capital y la Comunidad de Madrid en que se necesita una regulación "urgente" de esta actividad económica, aunque la normativa que se haga ahora mismo "no debe ser un dogma, sino que, según cómo funcione, puede ir corrigiendo el rumbo".
"En términos generales, me parece acertado que se plantee una regulación, que en todo caso debe centrarse en la defensa del consumidor y evitar las molestias a las comunidades de vecinos", señala Ezquiaga.
Apuesta, incluso, por exigir una licencia específica a los alojamientos turísticos que tengan un uso vacacional durante tres meses al año, frente a la propuesta del Consistorio madrileño de eximir de licencia a las viviendas que estén en alquiler noventa días al año.
También defiende unos límites máximos de viviendas de uso turístico que puede llegar a haber en un barrio para no desvirtuar su carácter residencial y tradicional.
El decano de los arquitectos madrileños discrepa de la propuesta del Ejecutivo autonómico, que establece que el número de pisos turísticos no podrá superar el 75 por ciento en edificios de uso residencial, o el 50 por ciento en aquellos inmuebles que pertenezcan a un único propietario.
Estos porcentajes pueden dar lugar a "conflictos" dentro de las comunidades de vecinos, según Ezquiaga, quien estima que los residentes permanentes en un edificio con un 75 por ciento de pisos turísticos estarían en una situación de minoría que "no es razonable".
Destaca la necesidad de abordar este fenómeno de manera global y establecer una capacidad de carga máxima para determinar cuántos pisos turísticos admiten los barrios de Madrid, en función de sus equipamientos, sus recursos y sus infraestructuras.
El objetivo principal no debe ser convertir Madrid en "una gran industria turística", sino conseguir que sea un lugar agradable y que ofrezca calidad de vida a sus habitantes permanentes, sostiene Ezquiaga.
Señala que el alquiler de pisos turísticos no solamente hace referencia a un propietario que ofrece una vivienda de manera particular, sino que es "una actividad económica importante, puesto que hay fondos de inversión muy potentes y hay gestores que manejan el alquiler de centenares de pisos en el mercado".
"Estamos ante una actividad económica interesante, que necesita una regulación para maximizar los beneficios y evitar los inconvenientes", resalta.
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