Las recomendaciones se acumulan y, pese al alza del 38% en 2006, los expertos todavía ven subidas. Ha dado el golpe estratégico definitivo justo antes de verano, y ahora recoge los frutos
madrid. Las aguas han regresado a su cauce en FCC. La constructora de Esther Koplowitz vuelve a navegar a velocidad de crucero en bolsa y ha recuperado el glamour tradicional que tenía para los analistas. En los últimos dos meses, las recomendaciones sobre la compañía se han disparado hasta colocar su precio objetivo por encima de los 70 euros, valor superior al que cotiza.
¿Euforia desenfrenada? No, deberes bien hechos. El mercado está recogiendo ahora los frutos que ha ido sembrando FCC en el último año. Un ejercicio de constantes adquisiciones que ha vuelto a convertir a la constructora en una interesante inversión.
Todo comenzó en abril de 2005, cuando adquirió el Grupo Logístico Santos por 128 millones de euros. Después vinieron adquisiciones de menor calado en cementos y servicios medioambientales, hasta que dio el golpe de gracia definitivo justo antes de verano de 2006: Uniland, 1.092 millones; el grupo británico de aguas WRG, 2.030 millones; y la constructora austríaca Alpine, por 610 millones. En total, la compañía ha invertido 5.063 millones en reconstruir su estrategia.
Revisión de recomendaciones
Este frenético ritmo comprador ha obligado a los analistas a revisar sus números en verano. Un sano ejercicio que ha dado la vuelta al grupo en bolsa. Con el nuevo curso, la compañía ha recibido una avalancha de recomendaciones de compra por parte de los bancos de inversión. Algo que no ocurría con claridad en los últimos tres años (ver cuadro).
Pese a la fuerte subida que acumula la constructora este ejercicio, del 38 por ciento, sus títulos tienen todavía recorrido. Según el precio objetivo de la docena de bancos de inversión que siguen habitualmente el título, cada acción de FCC debería valer 70,82 euros, frente al cierre de ayer de 66,05 euros.
No obstante, esta cifra es una media. Algunas firmas como Fortis, UBS, Interdín, Cheuvreux y BBVA ven especialmente con buenos ojos al grupo, hasta el punto de considerar que con los títulos de la constructora se podría ganar todavía un diez por ciento más.
Una expectativa de subida impensable dentro del sector, salvo en el caso de Ferrovial. Penalizada por la adquisición y digestión de los aeropuertos británicos, la compañía presidida por Rafael del Pino es la única que supera a FCC en potencial alcista, según los brokers que siguen este valor. Un dictamen opuesto al que vierten los bancos de inversión sobre ACS, Acciona y Sacyr Vallehermoso, donde opinan que no queda dinero por ganar.
Pero los analistas no tienen una bola de cristal para ver el futuro, dirán los más escépticos con estas recomendaciones. Y es cierto. En demasiadas ocasiones, los expertos del mercado han errado en sus apuestas. Sobre todo, en el incontrolable mundo del ladrillo, donde la estrategia de los grupos y la visión de futuro han dejado caduco cualquier análisis.
Un argumento al que FCC podría responder con argumentos puramente estratégicos. Considerada, durante años, como la constructora más innovadora de España, fue la primera en apostar por la diversificación y lideraba el ranking del sector por beneficios. Pero hace tres años quedó atrapada en la mala situación que vivía su socio, Veolia, víctima del escándalo que protagonizó su matriz, Vivendi. La compañía gala, ahogada por las deudas de su grupo, bloqueaba cualquier operación que exigiera inversiones. Para ella, FCC era una fuente de dinero que curaba sus heridas.
Hace dos años, Esther Koplowitz rompió este matrimonio y dio entrada a Ibersuizas y las familias Martínez y Peugeot. Junto a ellos, volvió a crear un núcleo duro dispuesto a invertir 3.000 millones de euros hasta 2008. Un objetivo que rebasaron en julio de 2006.
Todas estas operaciones permitirán a FCC mejorar su beneficio de este año un 20 por ciento. Pero su meta es recuperar el liderazgo por ganancias. Una marca que estará más próxima en 2007, cuando saque a bolsa Realia. En ese momento, tomará el control, consolidará todo el resultado y mejorará su rentabilidad. La inmobiliaria será la actividad con mejores márgenes sobre ebitda (beneficio bruto de explotación), un 40 por ciento; frente al 32 por ciento de cementos; el 16,5 por ciento de medio ambiente; el 15,3 por ciento de servicios; y el 5,7 por ciento de construcción.