
Los índices no indican. ¿Quién lo indicará? Los indicadores que los indiquen, buenos indicadores serán. Aunque en un principio puede parecer un chistoso trabalenguas es la realidad de los selectivos mundiales. Pese a que todo índice bursátil persigue ser la referencia global o sectorial de un mercado, no consigue serlo. Un claro ejemplo se ha podido ver con Volkswagen en la última semana. Volkswagen ganó un 28,5% más hasta septiembre y confirma previsiones.
Las acciones de la compañía se dispararon después de que Porsche anunciara que se había asegurado el 75% del capital del consorcio de Wolfsburg.
Como consecuencia, los tenedores de posiciones cortas -especialmente los hedge fund- tuvieron que comprar los títulos para atender a sus obligaciones, lo que originó que Volkswagen (VOW.XE) se disparara. Como el fabricante de automóviles subió un 348% en dos sesiones, su capitalización se incrementó en esa misma proporción.
Esto hizo que el valor cada vez pesase más en el índice alemán, lo que a su vez, conllevó a que el índice germano terminase dos jornadas en positivo, mientras sus homólogos europeos cayeron de media más de un 2%.
¿Consiguen ser un buen baremo?
Esta situación ha vuelto a poner en tela de juicio la representatividad de los índices bursátiles, ya que uno de sus objetivos es ser el termómetro de los mercados que representan.
¿Consiguen ser un buen baremo? Si se analiza cualquier definición de los indicadores éstos tienen que cumplir cinco funciones: reflejar lo que sucede en el mercado, permitir la comparación con las carteras, medir las experiencias de los inversores, servir de instrumento de predicción del mercado y ejercer de base para las decisiones económicas.
Pero, ¿lo llegan a cumplir? Pues los expertos aseguran que no mucho,como se ha visto en esta semana. Los índices se suelen construir con las empresas de mayor capitalización y volumen de un mercado. Así, cuanto más sube una compañía más importante es en el indicador. Por eso, Volkswagen llegó a ponderar por más de un 27% del selectivo alemán el pasado martes y marcó la evolución del Dax. Ante esta situación, la bolsa alemana ha decidido revisar de forma extraordinaria el índice y a partir del próximo lunes Volkswagen volverá a pesar un 10%.
Los analistas creen que la imagen y la confianza en los intercambios bursátiles y en el Dax que se ha establecido como una referencia a nivel internacional, ha sufrido un duro varapalo con el comportamiento de Volkswagen. "Una de las soluciones es limitar las ponderaciones de las compañías", dice un operador.
El ejemplo español
Los expertos afirman que esto ya se había vivido en el índice español a finales de los años noventa con las empresas de tecnología, pero se consiguió solventar. "Con Terra ocurrió algo similar, aunque por otros motivos. Tras lo sucedido con esta empresa en su día, en el Ibex 35 se creó un sistema de ponderaciones en función del free-float -capital libre en bolsa-, que funciona muy bien", dice Juan José Fernández-Figares, de Link Securities.
La ponderación de las empresas españolas se realiza por su capitalización y volumen, teniendo en cuenta el número de acciones que están libres en el mercado.
De esta forma, aunque Endesa (ELE.MC) vale en el parqué más de 26.000 millones, con lo que se colocaría como la cuarta compañía del mercado, tan sólo ocupa el puesto 29 del Ibex. Se debe a que el 92% del capital está en manos de Acciona (ANA.MC)y Enel (ENEL.IT) y no se puede comprar y vender por un inversor particular. Si no estuviese limitado su peso, su escaso capital en bolsa podría conllevar a un estrangulamiento del valor, que provocaría vaivenes en la cotización, que marcarían la evolución del Ibex.
¿Cómo tiene que ser un indicador?
Otro de los problemas que presentan los indicadores es su encorsetamiento. Por ejemplo el Ibex está formado por 35 compañías. No obstante, los movimientos corporativos provocaron que varias compañías acabasen funsionadas con otras y existiesen pocas reservas para sustituirlas en als revisiones.
Estas situaciones está n provocando que se tienda a crear cada vez más indicadores caulitativos más que cuantitativas, basados, sobre todo, en datos fundamentales como la rentabilidad por dividendo, PER o icnremento de beneficios o ingresos. Estos es lo que ocurre en el Eco10, índice elaborado por datos fundamentales del consenso de 50 firmas de inversión.