Bolsa, mercados y cotizaciones

Japón ve resquebrajarse su inmunidad a la crisis

Tokio, 27 oct (EFE).- Japón, la segunda economía del mundo que parecía inmune a la crisis de crédito originada en EEUU, comenzó hoy a tomar medidas para proteger su sistema financiero y tratar de contener la caída libre de la que parece no poder salir la bolsa.

El tremendo desplome de la Bolsa de Tokio, que hoy cerró en su nivel más bajo desde 1982, ha terminado por arrancar del Gobierno una batería de medidas para tratar de inmunizar a los grandes bancos japoneses.

Hasta ahora los grandes nombres de la banca japonesa, Mitsubishi UFJ, Sumitomo Mitsui y Mizuho Bank, habían salido airosos de las turbulencias financieras porque no habían comprado activos relacionados con las hipotecas subprime.

Pero el reciente desplome en bolsa de las ingentes carteras de valores que poseen los bancos los ha dejado cortos de liquidez, problema que se multiplicará cuando se acumulen en sus libros de cuentas los créditos que no lograrán cobrar dado el creciente número de empresas en bancarrota.

Por eso, el primer ministro nipón, Taro Aso, pidió hoy a sus ministros que tomen inmediatamente medidas para limitar la compraventa a corto plazo de acciones, relajar las restricciones a las actividades de los bancos e incrementar la inyección de fondos públicos en la banca.

Los megabancos nipones ya han anunciado sendas ampliaciones de capital para captar fondos, como la de Mitsubishi UFJ, el mayor banco japonés, que hoy hizo público que emitirá acciones por valor de 990.000 millones de yenes (10.736 millones de dólares).

Es decir, los grandes bancos japoneses planean acudir ahora a la propia ciudadanía para captar los fondos que no pueden obtener en el mercado financiero.

Como incluso estás medidas de emergencia podrían resultar insuficientes, el sistema financiero nipón podría verse próximamente en el brete de tener que ser rescatado por el Estado, tal y como ha sucedido en EEUU, Reino Unido o Francia.

La crisis ha alcanzado un punto que en los mentideros políticos de Tokio ya se baraja la posibilidad de que se retrase la convocatoria de elecciones generales.

Aso llegó al poder hace un mes con la ineludible tarea de convocar los comicios de manera inminente, pero la caída sin límite de la bolsa y la inminente recesión podrían servir al primer ministro como salvoconducto para prolongarse en el poder, por lo menos, hasta que se calmen las aguas.

No obstante, dirigentes del partido en el gobierno, el PLD, se han mostrado partidarios de acudir a las urnas antes de que acabe noviembre y el propio Aso salió hoy a la palestra para negar unas informaciones que apuntaban a que "por el momento" no disolvería la Cámara Baja.

El origen del desbarajuste financiero nipón está en el súbito fortalecimiento del yen, que se ha apreciado contra el dólar en muy poco tiempo hasta unos máximos (92 yenes por dólar) que no se observaban desde hace trece años.

Respecto al euro, el yen ronda hoy los 115 yenes cuando hace cinco meses se movía en los 170 yenes.

El G7 trató de contener hoy esa subida con un comunicado extraordinario en el que expresó su preocupación por la "excesiva volatilidad" en el tipo de cambio de la divisa japonesa.

Pero este comunicado ha resultado impotente ante el efecto en la cotización del yen de la ingente cantidad de dinero que las empresas e inversores japoneses están repatriando, temerosos de la crisis.

La demanda de divisa japonesa ha disparado su precio contra el euro y el dólar y se ha convertido en una guillotina que diezma severamente los beneficios de las empresas japonesas una vez retornados.

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