
Mientras esperamos tiempos de más certidumbre y racionalidad en la evolución de los mercados, lo más sensato puede ser ver los toros desde la barrera, e invertir nuestra cartera en monetarios.
Ahora bien, asegúrese de qué hay en el fondo: las Letras del Tesoro y la deuda del Gobierno a corto plazo son los activos que nos permitirán dar seguridad a nuestra inversión. Otras cosas pueden darnos disgustos como el riesgo de liquidez, de contrapartida y que la agencia de rating de turno cambie de opinión sin la suficiente antelación.