
Berlín, 15 nov (EFE).- El frenazo de las exportaciones alemanas, ligado a las incertidumbres en el contexto internacional, ralentizaron a la locomotora alemana en el tercer trimestre, que sólo creció un 0,2 % gracias al consumo de las familias y el gasto público.
La Oficina Federal de Estadística (Destatis) confirmó así hoy, en base a datos preliminares, el enfriamiento de la mayor economía europea entre julio y septiembre, tal y como había anticipado previamente el Gobierno alemán.
El dato del producto interior bruto (PIB) no alcanza los pronósticos de los analistas -que en su mayoría habían estimado un avance del 0,3 %- y queda por debajo de las tasas de la primera mitad del año (un 0,7 % en el primer trimestre y un 0,4 % en el segundo).
Con respecto al tercer trimestre del año pasado, la economía alemana creció un 1,5 %, tras los avances interanuales del 3,1 % en el segundo trimestre y del 1,5 % en el primero.
Destatis apuntó en un comunicado que los "impulsos positivos" provinieron "principalmente del consumo interno", tanto el privado como el público. Por el contrario, el sector exterior, un puntal tradicional de la economía alemana, contribuyó esta vez de forma negativa al crecimiento.
Una de las claves de la demanda interna es la buena situación del mercado laboral, que disfruta en la actualidad de récord histórico de población empleada, con más de 43 millones de personas con trabajo, tras una década ininterrumpida de creación de empleo, y tasas mínimas de paro, por debajo del 6 %.
Según Destatis, en el tercer trimestre había en Alemania 43,7 millones de personas con empleo, 388.000 o un 0,9 % más que en el mismo trimestre del año anterior.
Además, los salarios y las pensiones han subido de forma significativa este año y el entorno de tipos de interés en mínimos favorece el consumo y el crédito.
El segundo pilar de la demanda interna es el gasto público, algo que los expertos relacionan en gran medida con las iniciativas acometidas por el Gobierno federal y los "Länder" para afrontar la crisis de los refugiados, de alojamiento a atención sanitaria, pasando por educación y burocracia.
Destatis apuntó asimismo que entre julio y septiembre cayó la inversión en bienes de equipo en relación al trimestre anterior, a la vez que se elevó la apuesta por la construcción.
El sector inmobiliario alemán está viviendo un momento álgido en Alemania y algunos expertos han empezado a alertar sobre la posibilidad de que se esté empezando a gestar una burbuja en algunas grandes ciudades como Fráncfort, Múnich, Düsseldorf, Stuttgart, Berlín y Hamburgo.
Frente a lo que es habitual, el sector exterior "frenó el crecimiento" en el tercer trimestre, explicó Destatis: "Las exportaciones cayeron ligeramente con respecto al trimestre anterior, mientras que las importaciones se incrementaron mínimamente".
La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró hoy en un encuentro con la patronal que el país mantiene "tasas sólidas de crecimiento" y que esta situación se debe en gran medida a que en los últimos cinco años se han creado 2,7 millones de puestos de trabajo.
El Ministerio de Economía admitió la semana pasada que la economía del país se estaba ralentizando en el segundo semestre de este año, y argumentó esta tendencia en las dudas derivadas del "brexit" y de las elecciones en EEUU.
No obstante, el ministerio subrayó en su informe mensual que Alemania seguiría por "la senda del crecimiento" en lo que resta de 2016 aunque de forma "menos dinámica".
El documento pronosticaba asimismo que Alemania volvería a cobrar ímpetu en unos meses, en el próximo ejercicio, gracias a que a las "importantes fuerzas de la economía interna" se sumaría una mejora del comercio exterior.
"El entorno económico internacional prosigue siendo difícil, aunque parece que está mejorando en términos generales, lo que está mejorando las perspectivas exportadoras", indicaba el informe.
El Bundesbank (banco central alemán) subrayó en un reciente informe que la mayor economía europea se estaba ralentizando y que había empeorado la confianza de las empresas con respecto a sus perspectivas exportadoras, pero que la situación era en general buena.
El PIB de la mayor economía europea crecerá este año un 1,8 %, según la última estimación del Gobierno alemán, una previsión que, décima arriba o abajo, comparten los principales institutos económicos y el Bundesbank.
Juan Palop
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