La semana comenzó movida para Apple. El lunes la compañía confirmó la celebración de un evento para el próximo 7 de septiembre en el que, presumiblemente, presentará las nuevas versiones de iPhone y Apple Watch. Pero el plato fuerte de la semana tuvo lugar el pasado martes, cuando la Comisión Europea reclamó a la firma dirigida por Tim Cook la devolución de más de 13.000 millones de euros al considerar que Apple había recibido ventajas fiscales en Irlanda.
La noticia, que previsiblemente podría haber alterado al mercado, parece que pasó desapercibida para los inversores, que apenas reaccionaron. Las acciones de la tecnológica cerraron la sesión del mismo martes cediendo algo menos de un 0,8 por ciento. La decisión del organismo europeo tampoco modificó la confianza que el mercado tiene en la firma de la manzana. Ninguna casa de análisis cambió en esa jornada su recomendación sobre las acciones de Apple, manteniendo así el consejo de compra que la estadounidense tiene desde 2011.
Es más, hasta 14 analistas han reafirmado desde entonces tanto su recomendación como su precio objetivo, que se mantiene de media en los 123,76 dólares, a un 16 por ciento del precio en el que cotizan ahora sus títulos, por encima de los 107 dólares. Un potencial que, de agotarlo, pondría las acciones de Apple en máximos del año y que, sin embargo, no lograrían marcar nuevos máximos históricos. Desde que lo hicieran en febrero de 2015, la firma ha caído en bolsa un 19,5 por ciento.
El ecuador de la semana puso fin a cinco sesiones consecutivas a la baja, y los títulos de Apple se colocaron en verde al final de la sesion del miércoles. Un alza que se ha mantenido en las siguientes jornadas. Así, el jueves la firma se revalorizó un 0,5 por ciento, mientras que el viernes se apuntaba un alza del 0,3 por ciento en media sesión.
Esta evolución ha hecho que Apple logre continuar por encima de los 100 dólares -una barrera que traspasó a finales del pasado mes de julio-, y que las acciones de la tecnológica se mantengan en positivo en el año.
Además, este mismo viernes el fabricante surcoreano Samsung decidió interrumpir la venta a nivel mundial del Galaxy Note 7 después de haber detectado problemas con las baterías. Un hecho que puede beneficiar a Apple a las puertas de la presentación de sus nuevos modelos.