
Madrid, 30 sep (EFE).- El consejero del Banco Central Europeo (BCE), el español José Manuel González Páramo, reconoció hoy que las tensiones financieras no sólo no han terminado todavía sino que se han "intensificado" de nuevo en las últimas semanas, pero aseguró que la vuelta a la normalidad es "nuestra primera prioridad".
En una conferencia sobre la situación de los mercados organizada por Euromoney, González Páramo se mostró "convencido" de que en 2009 las condiciones de los mercados financieros se habrán tranquilizado, gracias entre otros factores a que los bancos centrales "seguirán trabajando de forma conjunta y estrecha".
El consejero del BCE consideró que las acciones coordinadas que han tomado hasta el momento los bancos centrales "han demostrado ser eficaces en el alivio de las tensiones en el corto plazo", aunque insistió en que se seguirán adoptando "las medidas apropiadas según sea necesario para hacer frente a las presiones de financiación".
"Más que nunca, es nuestra primera prioridad devolver a los participantes en el mercado a una situación de liquidez y estabilidad", declaró González Páramo.
No obstante, como "la volatilidad se mantiene en niveles elevados", abogó por una "plena y rápida aplicación" de las recomendaciones del Foro sobre Estabilidad Financiera, que reúne a los representantes de los bancos centrales y de las finanzas y regulación de los siete países más industrializados del mundo, y que ha pedido aumentar la transparencia de los mercados, el control de los principales bancos del mundo y la mejor gestión del riesgo.
Entre los posibles nuevos pasos a dar, señaló además que los bancos centrales "deberían tomar medidas para fortalecer su capacidad para contrarrestar los problemas en la distribución internacional de liquidez".
Por un lado, abogó por continuar con la "coordinación y distribución de divisas" a los sistemas financieros locales, gracias a los acuerdos de intercambio que han firmado multitud de bancos centrales.
Además, apostó por ampliar el abanico de garantías que pueden presentar las grandes entidades financieras ante los bancos centrales para obtener financiación, entre las que destacó especialmente las garantías en moneda extranjera.
Esa medida permitiría "aliviar las necesidades de liquidez de los grandes bancos internacionales", lo que en su opinión "contribuiría a paliar los posibles riesgos de contagio de liquidez en los sistemas de pago", donde el grueso de la actividad proviene de las grandes entidades, al tiempo que tendría "una influencia positiva sobre la estabilidad financiera".
González Páramo también quiso infundir confianza en el sistema al afirmar que "los participantes en el mercado harían bien en escuchar el compromiso de los responsables nacionales de finanzas, de los reguladores y de los bancos centrales de las mayores economías del mundo en que se tomarán medidas cuando sea necesario, individual y colectivamente, con el fin de proteger la integridad del sistema financiero internacional y facilitar el buen funcionamiento de los mercados".