
Volkswagen se ha anotado un avance en bolsa del 33% desde los mínimos marcados en la primera semana de octubre del año pasado cuando, apenas dos semanas después de la salida a la luz del escándalo de la manipulación de las emisiones, los títulos de la compañía se desplomaron hasta los 101,2 euros, cifra un 24% inferior a los 133,6 euros a los que cerró la sesión ayer.
Tras destaparse el Dieselgate en septiembre del año pasado, las acciones de la automovilística germana reaccionaron con un desplome del 39,6%. Los inversores mostraron de esta forma sus dudas sobre el incierto futuro de la compañía teutona, que se enfrentaba, por un lado, a la amenaza de ver reducidas sus ventas por el deterioro de su reputación y, por otro, a la necesidad de indemnizar a particulares y recomprar los vehículos afectados para retirarlos del mercado. Durante esas dos semanas, la firma se dejó 23.719 millones de euros de su valor en bolsa.
Sin embargo, los títulos de la compañía han recuperado un 50% de lo perdido en aquellas fechas, impulsados por unos datos de facturación y de beneficios que batieron las estimaciones de los analistas en el segundo trimestre del año.
No en vano, la compañía continúa siendo el grupo líder del sector, tras cerrar el primer semestre del año con 5,12 millones de unidades vendidas -un 1,5% más que en el mismo período del año anterior-, frente a las 4,99 millones de su más inmediata competidora, Toyota, y los 4,76 millones vendidas por General Motors.
Su avance en las ventas se ha materializado en una mejora del beneficio operativo en el primer semestre, que superó las estimaciones de los analistas y batió por un 20% al dato cosechado en el mismo periodo del año anterior.
En este sentido, los expertos prevén que esta tendencia positiva se prolongue en el tiempo hasta situar sus beneficios en los 12.115 millones de euros en 2018, un 35,9% más que los estimados para 2016 -8.918 millones-. Esta mejora vendrá impulsada por un incremento de la facturación, que se elevará un 6,5%, y el programa de contención de costes de 1.000 millones de euros anuales, que elevará el margen neto en casi un punto porcentual, desde el 4,3% actual hasta el 5,2% que prevén los analistas para 2018. Sin embargo, el fuerte rebote que han experimentado los títulos de la compañía en bolsa ha borrado parte de un recorrido alcista que ahora se sitúa en el 6,3%.
Provisiones 'suficientes'
Para afrontar los gastos derivados del escándalo de la manipulación de las emisiones, Volkswagen se vio obligada a provisionar 16.200 millones de euros, cifra que desde JP Morgan valoran como "más que suficiente", al contar con "3.800 millones de euros disponibles para hacer frente a nuevas sanciones".
Un informe del banco estadounidense destaca que la compañía teutona tendrá que destinar 9.500 millones de euros a la recompra de los vehículos afectados; 2.400 millones servirán para financiar proyectos para la reducción de la contaminación y 500 millones irán a parar a las administraciones que la hayan demandado.
La sanción más reciente ha sido la de la autoridad italiana de competencia, que el martes hizo público que la compañía teutona tendría que abonar 5 millones de euros por considerar que la compañía había llevado a cabo "prácticas comerciales engañosas".
A un paso de recuperar el trono europeo
El reciente rally que han experimentado sus acciones la sitúan a las puertas de volver a ser la primera automovilística europea por valor en bolsa. No en vano, su brecha respecto a la también alemana Daimler -la matriz de Mercedes-, la actual líder en capitalización del sector en Europa, se ha reducido desde los 30.665 millones de euros que las separaba el 9 de noviembre, hasta los 1.668 millones que las separa actualmente -Volkswagen capitaliza 65.593 millones de euros-.