
El desplome de los bancos transalpinos en lo que va de año ha llevado a que el sector financiero italiano haya pasado de ser el tercero de Europa por capitalización a término de 2015 a ocupar el quinto puesto en la actualidad, tras ser superado por Francia y Suecia, que se ha visto impulsado por la buena marcha del Nordea y Swedbank, que capitalizan 30.163 y 21.005 millones de euros, respectivamente.
Las dudas de los inversores sobre el estado de las entidades italianas han provocado que éstas hayan borrado el 50,3% de su valor en bolsa en lo que va de año, hasta capitalizar a 67.846 millones actuales. Su caída casi duplica a la sufrida por el resto de entidades europeas, que han caído, de media, un 26,5% en 2016. Esta situación ha sido aprovechada por los bancos franceses, que contaban con un valor en bolsa un 2,9% inferior al de sus comparables italianos, ahora ya los superan por un 42%.
Por su parte, el índice bancario europeo, el Stoxx 600 Banks, cedió ayer un 2,58%, con 25 de sus 30 componentes en terreno negativo. Tras su desplome del 30,7% en las dos primeras sesiones de la semana, Monte Paschi rebotó un 6,1% después de que el regulador del país prohibiese las ventas en corto sobre el valor. Las fuertes pérdidas de los últimos días han provocado que sea la compañía del índice que cuenta con una ratio precio respecto a valor en libros más baja, al situarse en las 0,09 veces frente a las 0,45 veces que promedian el resto de los componentes del índice.
"El sector bancario se encuentra bajo presión", afirmó ayer Lorenzo Bini Smaghi, presidente de Société Générale, en una entrevista a Bloomberg, en la que advirtió que la crisis italiana podría convertirse en un problema sistémico en Europa. "Tanto Italia como Alemania tienen demasiados bancos que no son rentables y se precisa una mayor consolidación", agregó.