Bolsa, mercados y cotizaciones

Geithner, Presidente de la Reserva Federal de Nueva York, capea la crisis

En medio de la catarsis financiera, Tim Geithner, el capitán de la Reserva Federal neoyorquina, ha sido el Santo Grial que ha guiado buena parte de las decisiones en el distrito financiero de la Gran Manzana. Sus amigos creen que es un redentor, mientras que sus detractores afirman que se ha visto engullido por el fantasma de Wall Street.

Desde su oficina en el piso decimotercero de un descomunal edificio en el downtown de Manhattan, Geithner ha contado con un entramado extraoficial de consejeros que ha podido influir en la toma de importantes decisiones desde el estallido de la bomba crediticia en agosto del año pasado.

Y de un tiempo a esta parte, su móvil no ha parado de recibir las llamadas de las vacas sagradas del sector financiero mendigando un préstamo de esa piscina de dinero puesta a disposición de las principales entidades bancarias del país. Esta nueva estrella de 47 años fue el encargado de urdir la trama que salvó a Bear Stearns de la quema y financió la compra por parte de JP Morgan con una inyección de 30.000 millones de dólares.

Una fórmula que se coció a fuego lento en sus aposentos y no en el Departamento del Tesoro, como muchos creen. Aunque en aquella ocasión supuso el parche perfecto para un buque a la deriva. En los acontecimientos de los últimos días Geithner ha tenido que soltar la mano a Lehman y dejar que otros primos hermanos como Merrill, Morgan Stanley o Goldman se emancipen y suturen sus propias heridas, antes de desangrarse.

Carrera trepidante

"Vamos a tener que cambiar un buen número de aspectos de nuestro sistema financiero", reconocía a la revista Portfolio. Sin embargo, Geithner no es un neonato en lidiar con adversidades de este calibre. Hace una década fue el emisario dorado del Tesoro estadounidense en el epicentro del terremoto financiero asiático. En plena caída en picado de los mercados de la otra punta del mundo, un chaval de 36 años consiguió reunir 200.000 millones de dólares y enfrentarse a las dudas del Congreso estadounidense para salvar la situación.

Su formación en la prestigiosa Universidad de Darmouth le dio vía libre para ser contratado por Henry Kissinger para trabajar en su consultora. En 1988 consiguió abrirse paso en el plano de los servicios civiles cuando puso el pie en el Departamento del Tesoro. Desde entonces, durante tres legislaturas, se convirtió en el experto en finanzas internacionales, algo que hizo que el presidente Bill Clinton lo convirtiera en 1999 en su trotamundos diplomático.

Tras un breve periplo por el Fondo Monetario Internacional y organizaciones líderes en Washington como Rand Corp, Geithner tomó el control de la Reserva Federal neoyorquina, convirtiéndose en el noveno presidente de la entidad en 2003.

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