El precio del oro, desde rozar máximos cerca de 1.00 dólares por onza en marzo, ha descendido de forma significativa, al parecer porque los principales bancos centrales han vendido parte de sus reservas con el fin de hacer caja.
El activo refugio por excelencia no ha mostrado en este periodo de incertidumbre la evolución que cabría esperar.
Pero esta semana hemos asistido a fuertes movimientos en su cotización. El alza que se producía era superior al 20% pero el viernes a mediodía sufría un nuevo recorte.
