
Roma, 20 sep (EFE).- El líder del principal sindicato italiano CGIL, Guglielmo Epifani, que se opone al plan de saneamiento de Alitalia, ha asegurado que o el Gobierno y el comisario de la aerolínea encuentran el modo de reabrir las negociaciones, o la única salida que ve es la venta a una compañía extranjera.
"Yo, personalmente, prefiero Lufthansa, pero no es mí al que toca elegir socio. Corresponde al Gobierno decidir", dijo Epifani en una entrevista que publica hoy "La Repubblica".
Epifani, que rechazó las acusaciones del Gobierno de Silvio Berlusconi de que CGIL esté siendo manipulado por "la política", en velada alusión a la izquierda, manifestó que las "características" del consorcio de empresarios italianos que aspiraban a hacerse con Alitalia son las que han llevado a la negativa del sindicato.
"Las características del consorcio italiano, la ausencia de un proyecto específico y la falta de transparencia están en las críticas a la operación CAI (la empresa formada por 18 empresarios para comprar Alitalia)", afirmó Epifani.
El líder sindical pidió al Gobierno que si finalmente la oferta CAI cae definitivamente que "de un paso atrás sobre la italianidad de la compañía" y elija inmediatamente un socio extranjero para salvar Alitalia.
Mientras siguen las conversaciones y toda las fuerzas políticas y sindicales intentan buscar una salida, Alitalia anunció hoy que todos sus vuelos saldrán a su hora y no está previsto cancelar ninguno.
Pero ante el temor a las cancelaciones, numerosos italianos cambiaron el avión por el tren y según los medios locales han aumentado un 12 por ciento las ventas de billetes de tren, al mismo tiempo que Trenitalia ha aumentado el número de trenes que une Roma con Milán, las dos ciudades más grandes del país.
Y es que, si no se resuelve la situación de crisis actual de Alitalia, la compañía podría tener que dejar de volar en diez días aproximadamente, según aseguró ayer el presidente de la Aviación Civil Italiana (ENAC, en italiano), Vito Riggio.
Para el Gobierno italiano, una reconsideración por parte de los sindicatos y de los empresarios es la última opción para salvar de la quiebra a la compañía de bandera, ya que no existen alternativas a la oferta de la CAI.
Ya ayer, un día después de que la Compañía Aérea Italiana (CAI) retirara su oferta, el sindicato de los asistentes de vuelo, ANPAV, uno de los contrarios al plan de saneamiento junto con CGIL y el sindicato de pilotos, rompió el "frente del no" y anunció que aceptaba de los empresarios.
El plan industrial (2009-2013) de la CAI, que está dispuesta a invertir mil millones en la compra de la aerolínea prevé que la nueva Alitalia tenga 12.500 trabajadores (mil más de los previstos en una primera propuesta): 1.550 pilotos, 3.300 asistentes de vuelos y 7.650 entre técnicos, empleados y ejecutivos, según el acuerdo marco.
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