
Barcelona, 16 mar (EFE).- Los usuarios de la plataforma de alquiler de alojamientos entre particulares Airbnb dejaron en Barcelona 740 millones de euros durante el año 2015, frente a los 128 millones de impacto económico que tuvieron dos años antes, en 2013.
El director general de Airbnb para España y Portugal, Arnaldo Muñoz, ha presentado hoy un estudio sobre el impacto económico de Airbnb en Barcelona, ciudad que se ha convertido en el cuarto destino de la plataforma, por detrás de París, Londres y Nueva York.
El impacto económico que los usuarios de la plataforma dejaron en Barcelona en 2015 se reparte, básicamente, entre los 500 millones que gastaron en la ciudad y lo que pagaron a los anfitriones.
Casi 900.000 huéspedes utilizaron la plataforma de Airbnb para viajar a Barcelona en 2015, frente a los 227.000 de 2013.
La mayoría de los anfitriones de Airbnb en Barcelona son ciudadanos particulares que comparten la casa en la que viven y el 73 % de ellos sólo tiene un anuncio.
El anfitrión típico en Barcelona tiene 38 años, ingresa unos 5.100 euros al año y hospeda a viajeros un promedio de 58 noches al año, lo que, según Muñoz, demuestra que su negocio se basa en el "home sharing", gente que alquila su casa cuando está de viaje o la alquila parcialmente.
Por su parte, el promedio de huésped que visita la ciudad tiene alrededor de 34 años, viaja en un grupo de dos o tres personas, se queda una media de 4,4 noches y la gran mayoría, el 64 %, se aloja fuera del distrito de Ciutat Vella.
El 70 % de los viajeros que llega a Barcelona viene de Europa y el resto de España o de otros puntos de Cataluña, el 17 % procede de EEUU, el 4 % de América Latina, el 5 % de Asia, el 3 % de Australia y el 1 % de África y Oriente Medio.
El número de barceloneses que utiliza la plataforma fuera de la ciudad se ha doblado en los últimos tres años, de 55.000 en 2013 a 217.000 en 2015.
Muñoz ha insistido en que la gran mayoría de huéspedes que utiliza Airbnb se aloja fuera del centro histórico de Barcelona, mientras que en 2009 este porcentaje sólo era del 20 %, lo que supone que el impacto económico cada vez se reparte más por el resto de la ciudad.
En Barcelona, donde hay 16.000 anuncios de Airbnb, siete de cada diez alojamientos se alquilan por menos de 90 días al año, lo que, según Muñoz, sugiere que la gran mayoría de anfitriones está compartiendo su residencia principal para ganar un dinero extra o como un suplemento de ingresos regulares, pero no se trata de "profesionales dedicados en exclusiva" al alojamiento vacacional.
En este sentido, durante el acto, los responsables de Airbnb han pedido una regulación de la actividad económica entre particulares o anfitriones no profesionales, gente que alquila su vivienda habitual total o parcialmente de manera esporádica, y que representan sobre un 72 % del total de anfitriones.
La normativa ideal para ellos podría ser la que está vigente en Francia, donde se puede alquilar la residencia habitual en parte o entera a partir de unos días, mientras que cuando la vivienda que se alquila no es la habitual ya entra en la categoría de apartamento turístico.
Además, han ofrecido la plataforma para hacer de intermediarios para recaudar la tasa turística de Barcelona de los pisos que están en Airbnb, como ya hacen en París y Amsterdam.
Sobre el tema fiscal, Muñoz también ha explicado que los pagos en Airbnb se hacen a través de una plataforma bancaria, con lo que "somos totalmente transparentes".
Muñoz ha ofrecido a la Generalitat y al Ayuntamiento de Barcelona la colaboración de la plataforma para solventar los desacuerdos que tienen y ha dicho que quieren una "relación más constructiva" con las administraciones.
"Estamos trabajando con las dos administraciones", ha dicho, ya que hablamos de un "fenómeno de grandes dimensiones" y se trata de innovar juntos. Además, ha añadido que estarían encantados de participar en el grupo de trabajo que la Generalitat va a hacer sobre economía colaborativa.