La mexicana Cemex, la tercera cementera más grande del mundo, acudirá al arbitraje internacional ante la falta de acuerdo con el Gobierno de Venezuela por la valuación de sus activos expropiados esta semana en el país sudamericano.
La compañía hará la demanda de arbitraje ante "el Centro Internacional para el Arreglo de Diferencias por Inversiones por la confiscación de los bienes y privación de derechos de CEMEX Venezuela y el posterior inicio del procedimiento de expropiación, realizada por el Gobierno de Venezuela", indicó la firma en un comunicado la noche del miércoles.
Cemex, con presencia en unos 50 países, rechazó una oferta del gobierno de Hugo Chávez tras la nacionalización y decidió recurrir a un arbitraje internacional, aunque dejó las puertas abiertas para continuar las negociaciones "con la intención de llegar a una solución aceptable para las partes".
La poderosa empresa, con sede en la ciudad mexicana de Monterrey (norte), consideró que la oferta realizada por las autoridades venezolanas de "650 millones de dólares" por sus plantas en ese país "está muy alejada" del valor real, aunque no cifró el valor de sus activos en Venezuela.
En cambio, para el ministro de Finanzas de Venezuela, Alí Rodríguez, el valor de la filial de la cementera, expropiada el lunes por el Estado venezolano y calculado según el precio de su acción en Bolsa, sería inferior a los 400 millones de dólares.
La filial venezolana de la cementera mexicana fue la única de las tres afectadas por la estatización que no llegó a un acuerdo amistoso con el gobierno venezolano y por ello fue expropiada.
Chávez ordenó el 4 de abril tomar las medidas jurídicas y económicas necesarias para adquirir las tres principales cementeras en Venezuela: la mexicana Cemex, que tiene casi 50% de la producción nacional, la francesa Lafarge y la suiza Holcim, con cerca de 25% cada una.
Las acciones de Cemex registraban el jueves una fuerte baja de 2,10% a media jornada en la Bolsa Mexicana de Valores, luego de que la firma anunciara la noche del miércoles que recurrirá al arbitraje internacional.
La controversia entre Cemex y Venezuela puede generar una situación incómoda en el marco del proceso de mejoría de las relaciones bilaterales que encara el gobierno del presidente mexicano, el conservador Felipe Calderón, desde que asumió el poder a finales de 2006.
Antes del anuncio de arbitraje, el gobierno de México pidió al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, negociaciones sin discriminación sobre las plantas de la mexicana Cemex.
La cementera cuenta con el apoyo del Gobierno de México para que "continúen las negociaciones sobre la base de los principios de diálogo, trato no discriminatorio, concertación y apertura", indicó la cancillería mexicana.
El Gobierno de México dijo que tiene el objetivo de "velar por los intereses mexicanos en la empresa y, en particular, asegurar que el proceso llevado a cabo por las autoridades de Venezuela se apegue al marco legal aplicable y respete el principio de trato no discriminatorio".
Cemex registró en el primer trimestre de 2008 un aumento de 18% en sus beneficios netos, a pesar de la crisis del sector inmobiliario en Estados Unidos.
En México, la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción modificó a la baja los pronósticos de crecimiento del sector en 2008 al pasar de 4,5 a 2,7%, debido a una menor edificación de obras de infraestructura.
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