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"Si los tipos son bajos largo tiempo se corren graves riesgos para la economía"

  • Entrevista a Loretta Mester, presidenta de la Reserva Federal de Cleveland
Loretta Mester, presidenta de la Fed de Cleveland.

Incluida en el bando de los halcones (partidarios de una política más ortodoxa), la presidenta de la Reserva Federal de Cleveland será miembro con derecho a voto el año que viene en el FOMC, donde pretende brindar un tono más duro al habitual en este organismo, que ha pecado de ultraacomodaticio.

En el entruncado sistema que compone la Reserva Federal de Estados Unidos, los doce bancos regionales que diseccionan a la mayor economía del mundo son vitales para que los miembros del Comité de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) dicten el rumbo de la política monetaria del país. Loretta Mester, presidenta de la Reserva Federal de Cleveland, que supervisa los estados de Ohio, Pennsylvania, Kentucky y West Virginia, tomó las riendas de dicho banco central hace poco más de un año, pero su trayectoria entre las bambalinas de la Reserva Federal le han permitido asistir durante más de 13 años a las reuniones donde se han marcado los pasos de los tipos de interés a este lado del Atlántico.

Dejando atrás su labor de copiloto, Mester será miembro con derecho a voto el año que viene en el FOMC y junto a Esther George, de la Fed de Kansas City, o James Bullard, de la Fed de St. Louis, brindará un tono más duro al habitual en este organismo que, hasta la fecha, ha pecado de ultraacomodaticio. Mester, con espíritu de halcón, es una apasionada de la ópera, con especial predilección por El Anillo del Nibelungo, de Richard Wagner, una obra que ha visto en cuatro ocasiones y que ha utilizado para explicar la burbuja inmobiliaria que desató la crisis financiera en 2008. ¿Qué lecciones podemos aprender tras este periodo de penumbra?, entre ellas, según explica a elEconomista la presidenta de la Fed de Cleveland, que si "nos mantenemos demasiado tiempo con los tipos de interés en un nivel mucho más bajo de lo que la economía puede soportar, se corre el peligro de generar riesgos para la estabilidad financiera".

¿Está preparada la economía de Estados Unidos para una subida de tipos de interés?

Si miramos los datos económicos, es evidente que hemos alcanzado casi el pleno empleo. La tasa de paro está en el 5,1 por ciento y ha bajado mucho más rápido de lo previsto por muchos economistas. El resto de referencias dentro del mercado laboral también han mejorado. Es cierto que tenemos problemas más a largo plazo, pero la política monetaria no es la herramienta adecuada para enfrentarlos. Por ejemplo, el desarrollo y preparación de la fuerza laboral es uno de ellos. Desde mi punto de vista, uno de los criterios para la subida de tipos ya se ha cumplido. La otra condición está en la inflación y tengo plena confianza de que ésta llegará a alcanzar el 2 por ciento a medio plazo. Desde mi punto de vista, la crisis en los precios del petróleo y la apreciación del dólar, que han presionado a la baja los precios de las importaciones, ya se ha materializado. Estamos viendo cómo las cifras de inflación comienzan a estabilizarse poco a poco.

Pero una de las razones de no haber subido los tipos hace una semana fue precisamente la inflación...

El último descenso en los precios del petróleo y la mayor apreciación del dólar van a tener un efecto transitorio. Lo que va a impulsar la inflación es el hecho de que el crecimiento económico en EEUU va a ser superior a la tendencia central, según mis pro- yecciones. Existen mejoras en las condiciones laborales y la tasa de paro seguirá cayendo. Al mismo tiempo vamos a tener unas perspectivas de inflación estables. La combinación de estos factores hacen pensar en una debilidad transitoria de la inflación a corto plazo, pero que, en el medio plazo, hará que la inflación alcance el 2 por ciento.

Al mismo tiempo, el comunicado del Comité de Mercado Abierto mencionó la volatilidad y la incertidumbre de los mercados financieros. ¿Influye lo que ocurre en China?

Durante el periodo intermedio hemos visto una volatilidad sustancial en los mercados financieros. Los economistas de todo el mundo han revaluado sus previsiones de crecimiento global, en lo que considero es un equilibrio en la gestión de riesgo. Hay que contemplar los riesgos a ambos lados de la balanza. Estos acontecimientos ejercen un riesgo a la baja en mis pronósticos pero no cambian mucho la trayectoria a medio y largo plazo. He incorporado parte de esta situación en mis pronósticos para 2016 y 2017. Ahora considero que la inflación tocará el 2 por ciento a primeros de 2017 en lugar de finales de 2016. Son ajustes marginales que no plantean un cambio significativo en la trayectoria de nuestras perspectivas.

Entonces, ¿la volatilidad en China y otros emergentes así como los acontecimientos en Japón y la eurozona no deberían perturbar el avance en EEUU?

Existe un escenario donde la evolución de la economía mundial es significativamente peor al esperado. Podría materializarse pero no hay que hacer mucho hincapié en ello. Dentro de mi pronóstico incluyo unas previsiones de crecimiento más débiles a nivel mundial y ello restará un par de décimas al crecimiento de EEUU a largo plazo. Ahora crecerá un 2,3 en lugar de un 2,5 por ciento, por lo que la trayectoria sigue siendo casi la misma. Es importante reconocer que existen riesgos y parte de lo que hacemos en las reuniones del FOMC es tratar de evaluar los riesgos y sus implicaciones para EEUU. La apreciación del dólar está alimentada en cierta forma por el diferencial entre la perspectiva potencial de una subida de tipos aquí y la política monetaria de otros bancos centrales. Eso hará que la inflación sea algo más débil, pero es transitorio. El descenso en los precios del crudo con el tiempo será bueno para la economía de EEUU, en términos de crecimiento.

¿Y el sector energético?

A corto plazo, por supuesto, que existe un gran daño para el área económica más orientada al sector energético. De hecho, en el distrito de Cleveland lo estamos sintiendo. Pero, aun así, sigue siendo un problema a corto plazo, la caída del petróleo ha dañado y seguirá impactando en la inversión pero, a largo plazo, la situación es buena desde el punto de vista de la economía. Es un riesgo al alza para nuestros pronósticos, en términos de gasto de los consumidores.

Dadas las circunstancias en otras economías desarrolladas, como Japón o la eurozona, ¿cree necesario que sus respectivos bancos centrales se vean obligados a incrementar sus programas de estímulo?

Tanto el Banco Central Europeo como el Banco de Japón van a seguir evaluando la situación de sus economías, como el FOMC observa la actividad en EEUU. Sin duda, los últimos acontecimientos señalan una mayor debilidad en Japón a lo previsto anteriormente, mientras que el BCE parece estar dando el mismo tipo de señales sobre las economías europeas. Los bancos centrales solemos centrarnos más en nuestro respectivo contexto doméstico pero, dado que vivimos en una economía global e interrelacionada, también debemos mirar qué ocurre en otras partes del mundo. Desde el punto de vista del BoJ o del BCE que la economía estadounidense sea fuerte es bueno para el panorama mundial. Aun así, la atención de todos es tratar de calibrar la política monetaria para alcanzar las metas propuestas.

Algunos expertos hablan ya de una recesión económica mundial "made in China" para 2016. De suceder, ¿cuenta la Fed con las herramientas necesarias para enfrentar este escenario?

Espero que no nos encontramos en ese escenario, pero, si la situación se deteriorara, tenemos herramientas que podemos utilizar. Entre ellas las que se desarrollaron en la crisis financiera y después de la crisis financiera, incluida la orientación hacia delante (forward guidance) y la flexibilización cuantitativa, que a nosotros en la Fed no gusta llamar compras de activos a gran escala. Mi esperanza y mi mejor pronóstico es que no tengamos que hacer uso de estas alternativas.

Muchos culpan a la crisis financiera, la posterior recesión y la política monetaria experimental aplicada por la Fed de elementos de inestabilidad en varios países emergentes. ¿Qué parte de esto es cierto y qué parte se debe a problemas estructurales que venían de atrás?

Una de las cosas que muchas economías mundiales han aprendido es que la coyuntura estructural importa. Algunos mercados emergentes, como China o México, se han centrado en implementar cambios estructurales porque entienden la importancia de tener un marco fiscal saneado y sostenible, así como una política monetaria que trabaje acorde con estos cambios. Estos y otros países que están abordando estas cuestiones, y muchos de ellos están haciendo un gran progreso, harán que sus economías sean mucho más resistentes.

De vuelta a la primera subida de tipos de interés en Estados Unidos desde 2006, ¿cómo considera que funcionará este proceso de normalización y qué debemos esperar del próximo ciclo monetario en Estados Unidos?

Existe demasiada atención en el despegue de la primera subida de tipos. En términos macroeconómicos, lo realmente importantes es la trayectoria que esa subida tomará con el tiempo ya que son esas expectativas sobre el futuro de dicha ruta lo que impactará en la economía actual. Desde nuestro pronóstico, la lectura de los datos entrantes y expectativas de las condiciones económicas de cara al futuro creemos que sólo podemos permitir un aumento gradual de las tasas de interés. Y si nos fijamos en las proyecciones, que en realidad no son previsiones sino lo que realmente los participantes del FOMC consideran como una política apropiada, ese camino es poco profundo, así que no estamos anticipando que las tasas de interés vayan a subir rápidamente. Estamos anticipando que las condiciones económicas apoyarán un camino bastante llano. De todas formas la economía es algo dinámico y tendremos que prestar atención a los datos, estadísticas y nuestros contactos empresariales.

¿Cree que los mercados reaccionarán de forma negativa a esta primera subida de tipos?

En términos de comunicación, y creo que ésta es clave, siempre quedará cierta incertidumbre residual. Cuando decidamos a mover las tasas, espero que los mercados reaccionen. Dicho esto, dado que lo comunicaríamos con suficiente antelación no debería convertirse en una gran perturbación. Hemos incidido en que pasar de cero a 25 puntos básicos es todavía una política monetaria muy acomodaticia y que anticipamos un camino gradual en las próximas subidas.

¿Espera que el dólar siga subiendo una vez que se dé comienzo al proceso de normalización?

No me sorprendería ver alguna apreciación del dólar pero no espero que ésta sea tan fuerte como la que hemos visto en el último año y no creo que esta apreciación vaya a continuar para siempre. Los efectos de esta apreciación en la economía de EEUU irán menguando con el tiempo, en términos de su impacto sobre la inflación.

Ha mencionado la compra de activos como parte de las herramientas de la Fed para enfrentar nuevos desafíos. Sin embargo, el balance del banco central supera ya los 4 billones de dólares, ¿cómo se desinvertirán sin generar turbulencias en el mercado?

A día de hoy, contamos con un balance de casi 4,5 billones de dólares. Cuando la normalización se ponga en marcha, el plan será que nuestro balance no se convierta en la principal herramienta de política monetaria, es decir, la subida de tipos será nuestra elección. La idea es que en nuestro balance, en algún momento cuando hayamos comenzado a subir tipos, dejemos de reinvertir activos y estos comiencen a vencer. De esta forma, en lugar de aligerar el balance de forma proactiva, la intención es que éste se desacelere gradualmente. Esperamos que esto no sea perjudicial para el mercado, ya que éste será capaz de poder estimar cuál será la composición de nuestro balance a lo largo del tiempo. No espero que esto, de por sí, vaya a generar volatilidad en los mercados.

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