
Barcelona, 10 ago (EFE).- Todos los taxis de Barcelona deberán disponer de impresoras de recibos desde el próximo 1 de enero de 2009, un dispositivo que, entre otros objetivos, tiene como fin luchar contra el fraude, ya que este impreso supone una garantía para el cliente ante cualquier anomalía del servicio.
Hasta el momento, y según datos del Instituto Metropolitano del Taxi (IMT), más del 80% de los vehículos con licencia cuentan ya con este sistema, que ha ido sustituyendo al recibo manual más fácilmente falsificable en el caso de que el conductor quiera modificar los datos del taxi para evitar una sanción o una denuncia por alguna infracción.
La IMT ha concedido durante siete años, y hasta finales de 2007, subvenciones para la adquisición de estas impresoras que en cinco meses serán obligatorias.
"Es un elemento importante de cara al usuario, quien se tiene que acostumbrar a pedir el recibo, tanto por si pierde algún objeto, que sería más complicado recuperar si no se conoce el número de licencia del taxi, como por si se produce alguna infracción, como por ejemplo, un cobro abusivo", ha explicado el gerente del IMT, Miguel Ángel Martín.
Si el cliente cree que se ha producido alguna irregularidad y tiene el recibo impreso, es fácil conocer la identidad del taxista, aunque, según recalca el mismo Martín, no hay muchas denuncias por cobro abusivo, que en caso de demostrarse es considerada como falta grave, sancionable con una multa de entre 251 y 1.250 euros por parte del Departamento de Denuncias y Sanciones del Instituto.
Desde la IMT se apunta que con la falsificación de los datos de los recibos manuales, con un simple modificación del número de licencia, se involucra al taxista al que verdaderamente corresponda esa credencial en un posible expediente sancionador, comparecencias para informar del caso y una pérdida de tiempo de trabajo.
Además del cobro abusivo, la no atención del servicio a un ciudadano que lo demande en la vía pública, o la no utilización del taxímetro, son otras irregularidades que suelen denunciarse.
El Instituto Metropolitano mantiene además su lucha para erradicar las comisiones que algunos taxistas pagan a los recepcionistas de los hoteles de la ciudad para quedarse con los servicios demandados desde estos establecimientos.
"Es un tema que está ahí, pero si no hay consenso entre todas las organizaciones para acabar con esta práctica lo veo muy difícil, aunque se han producido muchos intentos para lograrlo", afirma Martín.
El gerente del Instituto indica que aunque este tipo de comisiones están sancionadas por el reglamento "lo más grave es la mala imagen que se ofrece ante el cliente", ya que el taxista que paga la comisión quiere reflejarla después en la precio de la carrera con un "cobro abusivo".
No obstante, y a pesar de estas irregularidades, no es habitual que los taxistas de Barcelona pierdan su licencia, ya que en los últimos cuatro años tan sólo se han quitado dos: una en 2006, ya retirada, por falsificación del carné BTP -el carné profesional-, y otra, firme de este año pero que se encuentra recurrida por la vía administrativa, por la transmisión de una licencia no siendo el denunciado titular de la misma.
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