
Barcelona, 12 jul (EFE).- La caída del 50 % del turismo ruso en la Costa Dorada puede provocar un descenso del 10 % de la ocupación en la zona este verano, ya que ni la reactivación del turismo español ni el aumento del británico lo compensará, mientras que en la Costa Brava se espera un buen verano, similar al anterior.
El gerente de la Asociación Hotelera Costa Brava Centre, Martí Sabrià, ha dicho a Efe que los hoteleros de la zona esperan este verano una ocupación similar a la del año pasado, que se situó en el 85 % en julio y en el 94 % en agosto.
"No creo que haya grandes modificaciones", ha asegurado Sabrià, que cree que en julio hay más margen para crecer.
Ha señalado, en este sentido, que la primera semana del mes "no ha ido mal", ya que está haciendo muy buen tiempo y mucha gente que hace vacaciones en agosto sale los fines de semana de julio.
El comportamiento de la ocupación en los meses de mayo y junio, que este año han tenido un balance positivo, y septiembre y octubre, es lo que determina "si la temporada va bien o no", ha explicado Sabrià.
El mercado francés sigue siendo muy importante para los hoteleros de la costa, mientras que el español continúa suponiendo el 10 %. "Nosotros no hemos notado la reactivación de este mercado", ha apuntado Sabrià, que en cambio sí ha percibido un repunte de los británicos.
En declaraciones a Efe, el portavoz de la Asociación Hotelera de Salou, Cambrils, La Pineda (Tarragona), Javier Roig, ha asegurado que este año la caída del turismo ruso alcanza el 50 % en la zona, debido principalmente a la depreciación del rublo, lo que "será difícil de reemplazar por otros mercados".
Según Roig, el mes de julio terminará con entre un 10 y un 20 % menos de ocupación respecto al año pasado, y dado que los precios medios de venta de hoteles también han caído "el balance económico no será el esperado".
En agosto, se espera una recuperación del turismo español y catalán y, probablemente, el mercado británico también aumentará considerablemente, debido, entre otros factores, a que se han incluido en su programación tres nuevos vuelos semanales al aeropuerto de Reus desde el Reino Unido.
Así, el turismo británico podría desbancar este verano al ruso como primer mercado extranjero en la zona y suponer el 21 o 22 % del total.
Roig ha destacado que algunas desgracias, como los atentados terroristas sufridos en Túnez, pueden desviar turistas hacia otros países, como España.
Sin embargo, estos esperados aumentos de algunos de los mercados no compensarán la importante caída del mercado ruso. No obstante, Roig ha destacado que el turista español es bastante "impredecible" y muchos deciden sus vacaciones en el "último minuto".
Por su parte, el presidente de la Federación de Hostelería de Lleida, Juan Antonio Serrano, espera una ocupación en el Pirineo "un poco por debajo de lo habitual".
Con una ocupación del 45 % en julio, del 65 %, en agosto y del 40 % en septiembre, Serrano considera que la zona "no es un destino turístico importante" en esta época del año.
Contrariamente a lo que manifiestan otros hoteleros, Serrano explica que el turismo español "se está comportando mal" y cree que no ha superado la crisis, al menos en lo que se refiere al turismo de montaña.
El turismo rural tendrá una ocupación del 90 % en agosto y de un 70 % en julio, lo que puede suponer un incremento de entre un 10 y un 15 % respecto al año pasado, según las previsiones que ha hecho la asociación Turalcat.