
El bañador, la crema, la toalla, la sombrilla... ¡María, que no se te olvide coger la nevera para las cervecitas!". Ésta es la conversación de más de una pareja este fin de semana antes de poder disfrutar de unas merecidas vacaciones en agosto. Unos días con los que cualquier trabajador está soñando todo el año y donde no se quieren más problemas que pensar en dónde comer una rica paella.
Por eso, la bolsa no tiene que ser un inconveniente. Si tiene una cartera de valores, los mercados le ofrecen una serie de posibilidades para ponerle candados a sus inversiones y evitar que la alta volatilidad de la bolsa le dé algún desagradable susto a la vuelta.
Para ello, los inversores cuentan en el parqué con los derivados. ¡No se asuste! Aunque a primera vista pueden parecer complicados, le van a servir para sellar su cartera en semanas convulsas. Con estos contratos puede poner a salvo su dinero ante posibles caídas del mercado pagando una pequeña cuantía o dejando en su entidad bancaria unas determinadas garantías.
Los futuros, apuesta segura
Los más conocidos son los futuros. Como bien indica su nombre, es un contrato en el que el inversor comprará o venderá unas acciones a un precio determinado en el futuro. Los futuros sobre acciones vencen el tercer viernes de cada trimestre. Y cada futuro le sirve para cubrir 100 acciones. Para realizar esta posición, es necesario que usted deje un capital en garantías. Si adquiere los futuros sobre las acciones, se deposita un porcentaje del precio de venta, que normalmente suele ser de entre el 15% y el 25%.
¿Por qué le interesa este producto? Porque le protege de las posibles caídas que sus acciones puedan sufrir. Si, por ejemplo, usted se marcha de vacaciones y no va a estar pendiente de las bolsas, se encontrará con perdidas a la vuelta si sus títulos han caído. Para estar tranquilo y no perder..., ¿qué tendría que hacer? Tener lo contrario en el mercado. Es decir, tener un activo en su cartera que compense esos descensos que puede sufrir el mercado.
¿Qué gana? No perder. Ahora bien, no se olvide que con esta posición usted no perderá, pero tampoco tendrá ganancias si las acciones suben. Esto es conocido como vender un futuro. En el mercado español existen futuros para 38 empresas del Mercado Continuo, casi todas ellas pertenecientes al Ibex 35 (ver listado adjunto).
A la hora de vender el futuro deberá tener en cuenta que el precio de éste debe ser ligeramente superior a la cotización. Piense que usted va a tener que dejar un dinero depositado como garantía que no le renta, por lo que la diferencia entre el precio del futuro y la acción será el coste de los tipos de interés. Cada futuro que venda le permitirá tener cubiertas 100 acciones. Así, si tiene 200 acciones deberá contratar 2 futuros.
También con opciones
Otra de las posibilidades para quedarse tranquilo son las opciones. Éstas opciones son derechos, es decir, comprarlos significa adquirir derechos. Se trata de una operación bursátil que otorga al comprador la posibilidad, pero no la obligación, de adquirir o vender una cantidad determinada de acciones a un precio fijo, durante un periodo de tiempo predeterminado, pagando un precio pequeño, llamado prima.
Al igual que los futuros, las opciones sobre acciones vencen el tercer viernes de cada trimestre. Ahora existen 34 opciones sobre empresas españolas cotizadas. De hecho, excepto Antena 3 todas las compañías pertenecen al Ibex 35. El comprador de opciones tiene un riesgo limitado. Es decir, su máxima pérdida se limita al precio pagado por la adquisición de la opción mencionada, la prima.
Recordando que usted gana si las acciones suben y pierde si las acciones caen, para neutralizar esta posición y no perder con las caídas, tiene que comprar una opción put. ¡Tranquilo, es más sencillo que el futuro!
Si usted tiene acciones y cae su cotización, las ganancias obtenidas con la opción compensan la pérdida experimentada por la caída de la acción. Por ejemplo, usted tiene en su cartera títulos de Telefónica, que compró a 13 euros y que actualmente cotizan a 16,5. Temiendo una corrección a la baja de las cotizaciones a corto plazo, usted puede limitar esas pérdidas. Decide comprar una opción put con precio de ejercicio 16,5 euros con vencimiento septiembre de este año. Esta opción cuesta 0,91 euros por acción. Si tiene 100 acciones, le costará en total 91 euros en total. Si espera hasta el día del vencimiento, el inversor se asegura un precio de venta mínimo de Telefónica de 16,5 euros sea cual sea la caída de Telefónica.
Sin embargo, esto no le tiene que llevar a pensar que el mundo de los derivados es un chollo. No puede olvidar que para irse tranquilo a la playa, necesita cubrir cada una de las acciones que tiene en su cartera a lo que se suman los gastos de corretaje. Otra posibilidad, más arriesgada y con la que no va a poder cubrir toda su cartera, es mediante la venta de futuros sobre el Ibex 35. Sería correcta si su cartera replicase exactamente al índice. De esta forma, usted puede tener neutralizada sólo una parte de sus acciones y debería de revisarla diariamente. Sin embargo, la operativa es exactamente igual, aunque los futuros sobre los índices tienen vencimiento mensual y no trimestral, tal y como ocurre con las acciones.
Fuente: Meff / elEconomista.