
Washington, 1 jun (EFE).- La desaceleración continuada de América Latina, tras una década de progreso sostenido, revela unos retos que "no son triviales" y exigen reformas estructurales que ofrezcan "impulso" a un modelo actual, insuficiente en el nuevo contexto de debilidad global, señalaron hoy expertos en la sede del FMI.
En la apertura de la conferencia de alto nivel, el "número dos" del Fondo Monetario Internacional (FMI), David Lipton, señaló que los desafíos "no son triviales", al combinar elementos domésticos y externos, entre los que citó la ralentización de China y bajos precios de materias primas.
"Por quinto año consecutivo, el ritmo de actividad económica en la región ha decrecido", explicó Lipton, al citar las últimas previsiones del organismo de abril, que situaron las proyecciones de crecimiento para Latinoamérica en apenas un 0,9 % este año y un 2 % el próximo.
El funcionario subrayó que el horizonte cercano es especialmente sombrío para Suramérica, donde se observa "una pérdida de impulso y tres de sus más grandes economías probablemente se contraerán este año".
Por contra, ubicó las previsiones en un marco más optimista para la región centroamericana y el Caribe junto a México, que aprovecharán sus estrechos vínculos con una economía de Estados Unidos en sólida recuperación a través del "comercio, el turismo y las remesas".
A su vez, Guillermo Ortiz, exgobernador del Banco de México, ahondó en esta idea de doble velocidad regional, ya que Suramérica cuenta con una relación más estrecha y dependiente del motor chino, que en los últimos años ha mostrado signos de ralentización.
Por su parte, Ortiz explicó que los países que están más al norte están logrando aprovechar el tirón del crecimiento en Estados Unidos.
Aplaudió, en concreto, las reformas estructurales aprobadas por México recientemente, aunque sostuvo que el reto se basa ahora en su aplicación, lo que pondrá a prueba la fiabilidad y eficiencia de las instituciones mexicanas.
Otro indicador que empieza a mostrar señales de fragilidad es el descenso en los niveles de inversión directa extranjera en Latinoamérica y que se redujo en 2014 en un 16 %, la primera vez desde 2009, según recientes datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En este sentido, Arminio Fraga, expresidente del Banco Central de Brasil, señaló que es un "grave problema" y lo vinculó con la caída en la "confianza", aspecto fácil de perder y más complicado de recuperar.
Precisamente, Brasil es uno de los países que más preocupación genera en los mercados internacionales, después de haber sido una de las locomotoras emergentes en los últimos años y verse ahora inmerso en un frenazo económico combinado con un importante desequilibrio fiscal que ha obligado a Brasilia a un importante ajuste.
De manera general, Lipton, que ocupó la plaza de la directora gerente Christine Lagarde al frente del acto puesto que esta tuvo que viajar a Europa para sostener diversas reuniones, enumeró la lista de necesidades de la región: mejor infraestructura, facilitar el clima de negocios, diversificar las capacidades productivas y fortalecer las instituciones y el estado de derecho.
El evento se enmarca en las actividades previas por parte del Fondo y el Banco Mundial (BM) con vistas a la asamblea anual de ambos organismos que tendrá lugar en Lima del 9 al 11 de octubre, en el regreso de las instituciones a Latinoamérica después de más de medio siglo, y donde se congregan los principales líderes y autoridades económicas globales.
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