Por Andrés González y Julien Toyer
MADRID (Reuters) - En un movimiento simple pero que puede resultar eficaz, el operador de telecomunicaciones TELEFONICA (TEF.MC)ha anunciado una subida de precios en España con la que levantar la losa que desde 2008 supone en las cuentas su gigantesco mercado doméstico.
Después de reordenar la sociedad vendiendo activos para reducir deuda y centrarse en menos mercados, Telefónica quiere crecer con el valor añadido de servicios como la fibra óptica y los contenidos exclusivos en todo el mundo monetizando una inversión de miles de millones de euros.
El grupo cobrará a partir de la próxima semana entre un 5 y un 15 por ciento más por sus tarifas integradas en España, lo que permitirá sumar 300 millones de euros a sus ingresos anuales, según analistas, suficiente para cumplir con su meta de mejorar esta partida, que ha caído un 42 por ciento en seis años frente al descenso del 13 por ciento a nivel global.
La estrategia está estudiada: Telefónica sube precios en un momento en el que los consumidores tienen más dinero para gastar y antes de que los cambios previstos a nivel regulatorio y de mercado rompan su posición de dominio en televisión de pago y banda ancha ultra rápida.
Además, protege la cuenta de resultados de su exposición a Latinoamérica donde su principal mercado, Brasil, ha dado muestras de debilidad mientras se desacelera su economía y se preparan nuevos movimientos de consolidación.
El grupo, que ha invertido en España casi 12.000 millones de euros desde 2009 desplegando una de las mayores redes de fibra del mundo, ya cambió el rumbo del mercado de las telecomunicaciones en España en 2012 con su producto integrado Fusión, que forzó la consolidación del sector en España y aglutinó la base de clientes premium en la que ahora se centra.
Telefónica ha prometido mejorar aun más la velocidad de su red y ha doblado su apuesta por los contenidos con la compra de Canal+ a Prisa. Consecuencia: posee el 70 por ciento de los ingresos del mercado de televisión de pago y el 84 por ciento del de fibra óptica, los clientes más rentables.
El potencial de clientes de estos productos integrados podría multiplicarse por seis en los próximos años, según analistas, para configurar un mercado de 12 millones de usuarios y alrededor de 10.000 millones de euros facturación.
"El cliente de productos convergentes es más rentable y antepone capacidad y velocidad al precio. Éstas ofertas están dirigidas a un segmento medio-alto del mercado residencial, que es el que más margen da y el más atractivo", indicó el analista de Moody's, Carlos Winzer.
LOS RIESGOS QUE ACECHAN
El momento elegido no es casual. Telefónica tiene ahora la oportunidad de sacar ventaja de su posición de dominio y blindar su base de clientes antes de que se produzcan nuevos movimientos en el mercado de telecomunicaciones español.
El regulador de competencia, la CNMC, podría obligar al grupo a abrir sus redes de fibra óptica en parte del país a finales de año y los precios de venta de los derechos de retransmisión de los clubes de fútbol españoles podrían dispararse como resultado de la nueva legislación, que está previsto se apruebe próximamente.
Otra clave procederá de una mayor competencia en servicios audiovisuales. Al Jazeera ha anunciado que va a lanzar en España su canal de deportes BeIn este verano y Netflix aterrizará en septiembre con su servicio de vídeo bajo demanda.
Mientras, los analistas calculan que como máximo uno de cada cinco clientes podrían cambiarse a competidores como Vodafone, que ha lanzado una oferta integrada tras comprar ONO, o, en menor medida, Yoigo, filial de la sueca Teliasonera, que también ha subido precios.
El tercero en discordia, Orange, difícilmente seguirá esta senda en el futuro inmediato en tanto en cuanto las autoridades europeas están todavía estudiando las consecuencias de la compra de Jazztel antes de validarla.
Tras vender su negocio británico, mejorar las cuentas en España es clave para Telefónica, que necesita blindarse ante los riesgos económicos, políticos y de divisa en Latinoamérica, donde la consolidación en Brasil y México podría poner presión financiera a corto plazo.
La región latinoamericana supone el 50 por ciento de los ingresos - un 56 por ciento si se desconsolida Reino Unido-, desde el 40 por ciento de 2008.
Pero el éxito de la apuesta por subir precios, frágil por naturaleza, dependerá también de la solidez de la recuperación del consumo en España.
"Aunque la recuperación económica es fuerte en España, el riesgo de alteraciones en los precios en caso de nuevas debilidades en la economía es alto", dijeron los analistas de Barclays en una nota a clientes.
(Editado por Carlos Ruano)
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