Bolsa, mercados y cotizaciones

Sospechas de información privilegiada: alguien conocía el plan de ACS

Desde el lunes algo se estaba cociendo en el sector energético. Pero no sólo en los despachos de los directivos de ACS, que ya estarían pensando en la venta del 45 por ciento de Unión Fenosa, sino también en el mercado de futuros. Ahí se intercambian contratos entre inversores, que se comprometen a vender o comprar acciones de una empresa a una determinada fecha futura.

Tanto ACS como Iberdrola registran volúmenes desproporcionados en el mercado de futuros. Desde el pasado 14 de julio el volumen en compañías relacionadas con esta operación se disparó. Todo comenzó en Iberdrola (IBE.MC). Si la eléctrica negocia de media diaria en el último año 17.000 contratos, el lunes se intercambiaron de manos más de 130.000, es decir, se multiplicó por más de 7 la contratación normal. De esta forma, se colocó como la segunda compañía que más contratos negoció en el mercado español de futuros en la sesión, según los datos de Meff (Mercado Español de Futuros Financieros).

Además, la gran capacidad que tiene este mercado es que cada contrato supone adquirir 100 acciones en un plazo determinado. Por eso, los inversores el pasado lunes se comprometieron a tener en sus manos 13 millones de títulos de Iberdrola en los próximos meses, el 0,3 por ciento de la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán.

Al día siguiente, ACS

Pero no se quedó ahí. Al día siguiente, el martes 15 de julio, ACS se convirtió en el líder del mercado de derivados. La constructora vio ante sus ojos cómo los inversores adquirían 19.000 contratos de futuros en una sola jornada, cuando la media normalmente ronda los 300.

En este caso, en el mercado de futuros se estaba negociando más del 0,5 por ciento del capital de la constructora en una sola sesión. Hay que tener en cuenta que en este caso los inversores estaban posicionándose un día antes de la reunión del Consejo de Administración de ACS, en la que finalmente se decidió la venta de la eléctrica.

Esta operativa se volvió a repetir el miércoles. En dicha ocasión fue Iberdrola la que volvió al punto de mira del mercado. Los inversores incrementaron sus posiciones en la eléctrica, ya que se adquirieron 121.362 contratos, cinco veces más de la media diaria, lo que suponía el 0,24 por ciento de la compañía.

Fenosa, en el ojo del huracán

Por el contrario, Unión Fenosa, la eléctrica que está en el ojo del huracán, no ha sido presa de esta maniobra. Uno de los temores que existía en el mercado era que al comunicar una venta de estas dimensiones las acciones de Unión Fenosa pudiese caer por la presión de papel, una situación que al final no ocurrió. También podría pesar sobre la cotización la incertidumbre sobre quién sería el comprador y cuándo adquiriría ese paquete.

Justo lo contrario ocurre con ACS. La constructora lleva un mal año, con caídas superiores al 30 por ciento -sin contabilizar la sesión de ayer-, por lo que la publicación de esta venta podría aliviar sus cargas financieras que superan los 16.000 millones de euros en 2008 este ejercicio.

Ante estos datos, más de un inversor puede preguntar por qué se toman posiciones en el mercado de futuros en vez de en la bolsa. Pues claramente porque es una plataforma en la que es difícil seguir el rastro. Por ejemplo, cuando una persona adquiere acciones de una empresa, esta operación se cierra a través de una sociedad o agente de valores y queda registrada en un servidor. Incluso se puede ver en el día, qué firmas han sido las más activas en las compras y ventas, el número de acciones que ha intercambiado y el precio.

Un mercado 'oculto'

Sin embargo, el mercado de futuros es ciego. Aquí los operadores mandan las órdenes a la cámara de contrapartida, que se encarga de buscar al otro inversor. "Es un mercado bastante opaco y no se sabe qué casa es la que más negocia en el parqué", explica un operador que no quiso ser citado.

Algunos brokers aseguran que en el mercado de futuros se ha podido adelantar alguna operación corporativa de los últimos ejercicios, aunque es difícil de destapar, ya que no se conocen quiénes la ejecutan.

¿Cómo evolucionaron en derivados?

Pero los inversores no sólo se garantizan el anonimato con esta actuación. También persiguen lucrarse. Con esta operativa habrán ganado los inversores que hayan comprado futuros sobre ACS e Iberdrola, ya que ayer se dispararon en el mercado. No obstante, en los derivados, como antes se ha comentado, un contrato da la obligación a comprar o vender 100 acciones, pero con una inversión mucho menor que si se adquiriesen en el mercado. De esta forma, el inversor que haya realizado esta operativa puede tener ganancias superiores.

Mientras todo esto ocurre, fuentes de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) aseguran que todas las jornadas se vigilan los volúmenes de contratación.

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