Ayer falleció el más legendario gestor y gurú de los mercados del mundo, John Templeton, fundador de la gestora que lleva su nombre. A sus 96 años de edad, este pionero de la gestión global seguía teniendo su propio despacho en la oficina de Franklin Templeton en las Bahamas. "Hasta hace dos meses, Templeton se pasaba por la oficina para tomarse algo y hablar con los gestores, ya que vivía en una casa frente a la gestora", comenta Ramón Pereira, director general de Templeton en España.
En las inversiones y en la vida, John Templeton nunca creyó en seguir a las masas. "Su visión en las inversiones, el duro trabajo y una meticulosa investigación fueron sus claves personales para el éxito", recuerda la gestora. Además, fue uno de los principales innovadores en la gestión, al lanzar en 1954 el fondo Templeton Growth Fund, "cuando el concepto de inversión de la mayoría de la gente no iba más allá de Wall Street", asegura Franklin Templeton.
"El mayor seleccionador de acciones"
De hecho, su precocidad a la hora de buscar valores internacionales, como oportunidad de inversión y como herramienta de diversificación, llevó a la revista Money a calificarlo en 1999 como "el mayor seleccionador de acciones globales del siglo".
Pero su Templeton Growth Fund ya llevaba otra de las marcas de identidad de esta gestora, la inversión en valores socialmente responsables. "Aunque nuestros fondos no llevan los apellidos de responsabilidad social corporativa, siempre se ha descartado invertir en compañías de armas, alcohol, tabaco o perjudiciales con el medioambiente", cuenta Pereira, quien remarca que estos principios se van aplicando de forma automática, aunque no están escritos en ningún lado.
Merecedor del título de caballero
Cuando en 1992 Templeton se integró con Franklin, Sir John se dedicó plenamente a la filantropía, creando su propia Fundación John Templeton, cuyo único objetivo es conciliar el mundo financiero y científico con la religión, la ética y la moral. "Con el actual momento, estas reflexiones éticas están de plena actualidad", apunta Pereira. Las numerosas obras caritativas de Sir John le hicieron merecedor del título de caballero, que le fue concedido por la Reina Isabel II.
Y junto a todo esto, Franklin Templeton también mantiene otro de sus legados: el trabajo en equipo. "Enfatizaba en el trabajo en equipo, más que en la labor de un solo gestor estrella, huía de estos individualismos", asegura Pereira, quien a pesar de haberlo conocido de una única vez, "y fueron cinco minutos", cuenta en todo su quehacer con la impronta de Templeton.