Tras la conmoción que provocó el anuncio del Banco Nacional de Suiza de retirar el límite impuesto al cambio entre el euro y el franco suizo, el gobierno ha salido al paso para asegurar que la medida no desestabilizará a la economía del país.
La ministra de Finanzas suiza, Eveline Widmer-Schlumpf, espera que la tasa cambiaria se sitúe en torno a 1,10 francos por euro, un nivel que cree que las empresas del país orientadas a las exportaciones deberían ser capaces de soportar.
"Estoy confiada en que la economía será capaz de lidiar con esta decisión. Las empresas están ahora en una posición mucho mejor que en 2011, cuando entró en vigor el límite cambiario", comentó a los periódicos SonntagsBlick y Schweiz.
El Banco Nacional Suizo sorprendió a los mercados el jueves, cuando decidió abandonar su límite cambiario, vigente por tres años, de 1,20 francos por euro, afirmando que esa política se había vuelto insostenible. La medida hizo que el franco suizo se apreciara con fuerza, lo que llevó a las empresas exportadoras del país a advertir de un desplome en los ingresos y señalaban entre los sectores más expuestos figuraban el de artículos de lujo, industria y turismo.
Ninck Hayeck, el consejero delegado de Swatch, llegó a afirmar que era un "tsunami" para la economía del país, mientras que Hans Hess, presidente de Swissmem -que representa a empresas de los sectores de maquinaria, electrónica y metalurgia- indicó que una de cada cinco empresas industriales suizas enfrentan una "amenaza existencial". "La eliminación del límite cambiario costará empleos", afirmó.
Algunos economistas y funcionarios dijeron que la tasa cambiaria debe oscilar en torno a los 1,10 francos por euro para impedir cualquier daño potencial a la economía.