El Banco Central Europeo (BCE) volvió a reducir su balance la semana pasada, según publicó ayer la entidad. Cuando quedan solo siete sesiones de mercado para la gran reunión del 22 de enero, la institución volvió a demostrar que con los programas que tiene activados en este momento, nunca llegará hasta los tres billones de euros de balance, que es su "intención", en palabras del presidente de la institución, Mario Draghi.
En esta ocasión, el BCE retiró 47.173 millones de su activo en una semana, su mayor drenaje de balance en medio año. Esta cantidad no debe ser despreciada, ya que supondría un 755 del montante de deuda pública española que está estudiando comprar. De este modo, la hoja de activos de la entidad se quedó la semana pasada en 2,168 billones de euros.
Si Draghi quiere cumplir su "intención", de llevar el balance hasta los niveles de 2012, el BCE tendrá que elevar su balance en 832.000 millones de euros, misión imposible con las medidas adoptadas hasta ahora. En la última semana, la entidad no empleó ni un solo euro en comprar bonos de titulización de activos (ABS, por sus siglas en inglés) y para la compra de cédulas hipotecarias, apenas destinó 1.700 millones de euros.
¿Éstas son las supermedidas del BCE de 2014? La entidad todavía tiene que respaldar sus políticas heterodoxas con dinero, ya que con estos dos programas, que llevan un trimestre en funcionamiento, apenas ha inyectado al mercado 33.000 millones de euros, una cantidad menor al montante en el que redujo sus activos la última semana.
Esta caída de 47.000 millones en su balance se produjo principalmente por la fuerte devolución de los préstamos a largo plazo que realizó a la banca en 2012 bajo el programa LTRO y otros mecanismos de financiación. En concreto, esta partida se redujo en la última semana en 44.096 millones de euros, cifra que explica casi toda la caída.
