
En medio del desplome de los precios del crudo y el refortalecimiento del dólar, muchos inversores se preguntan cuándo llegará la corrección y qué burbuja está a punto de estallar. Para Gerard Minack, quien fuera uno de los analistas más bajistas de Morgan Stanley y ahora fundador de Minack Advisors, la principal preocupación debería estar en los bancos centrales.
"La mayor burbuja en estos momentos es la de la credibilidad de los bancos centrales", indicó en una entrevista con el periódico The Age. "Si Draghi fuera una acción tendría un PER de 200, Yellen tendría un PER de 100? cuando la burbuja estalle, se volverá a desatar un infierno y todo el mundo querrá efectivo", admitió. Es decir, si pudiéramos equiparar al BCE o a su presidente, Mario Draghi, como una acción, su precio de cotización estária desorbitadamente sobrevalorado.
Desde su punto de vista, uno de los mayores riesgos a la vista para la economía mundial sigue siendo la eurozona. "El problema es que la próxima crisis no será en la periferia y en el sector bancario sino que será económica y en el núcleo", advirtió. Según su análisis, el gran problema de la zona euro son los desequilibrios competitivos dentro de la economía europea. "El problema no es que el euro estuviera demasiado alto contra el euro o el yen", estimó Minack asegurando que "Draghi no puede solucionar este problema".
Con distintas elecciones presidenciales a la vista en los próximos 18 meses, "cualquiera de ellas podría desencadenar una crisis que volvería a poner a la zona euro en todas las portadas", señaló. De acuerdo a sus estimaciones la única forma que tiene el euro para sobrevivir es sufrir "una depresión económica". "No puedes restaurar la competitividad económica con un régimen fijo de cambio, la solución es simple y es lo que están haciendo los países periféricos: una depresión", explicó.
A ojos de Minack, las pequeñas economías de la eurozona pueden ser forzadas a asumir serios recortes pero "no veremos a los franceses implantar la misma medicina". "La próxima crisis, que inevitablemente llegará en los próximos dos o tres años, será una gran oportunidad de compra de activos de renta variable europeos porque serán extremadamente baratos", justificó.