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Las 'otras Rusias' al borde del abismo por culpa del crudo barato

  • La caída del precio del petróleo apunta a Argelia, Nigeria, Angola o Venezuela

El núcleo duro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), con Arabia Saudí a la cabeza, ha apostado su suerte a una sola carta. Una mano que podría pasar una factura geopolítica y económica a muchos de sus países miembros, asfixiados por la soga de un desplome en los precios del oro negro sin una rebaja en los niveles de producción.

Si en Moscú, la debacle del petróleo ha generado una crisis de su divisa despertando la pesadilla del impago de 1998 -el rublo se depreció alrededor de un 40% en su cruce contra el dólar-, países como Argelia, Nigeria o Angola, por no mencionar a Venezuela, sufren en sus propios feudos el juego político dictado por Riad.

No lejos de nuestro país, Argelia es un claro ejemplo de supervivencia gracias a sus exportaciones enegéticas. Según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno argelino necesita que el precio del crudo se sitúe por encima de los 113 dólares por barril para equilibrar su presupuesto. El gobernador del banco central del país, Mohammed Laksaci, ya ha advertido al Parlamento que el dividendo del gas y el crudo no durará para siempre, aunque el país cuenta con un colchón de 200.000 millones de dólares en reservas internacionales que podría ayudar a corto plazo.

"Esta capacidad de enfrentar shocks desaparecerá si el crudo se mantiene a estos niveles durante un largo periodo de tiempo", afirmó. Los ingresos energéticos suponen el 97% de la divisa local y el 60% del presupuesto del gobierno argelino, presidido por Abdelaziz Bouteflika. De hecho, la debacle rusa es un calco a la de nuestro vecino árabe. Tanto Vladimir Putin como Bouteflika mantienen un poder hegemónico gracias al crecimiento económico liderado por el crudo. "Los riesgos que implican la reforma y la privatización del mercado son demasiado desalentadores para el país en este momento", asegura Geoff Porter, fundador de North African Risk Consulting (NARCO, por sus siglas en inglés).

"Los argelinos no tendrán nada de comer si el crudo sigue cayendo", alertaba Habib Zegad, un parlamentario del país, durante la discusión después de conocerse las últimas cifras del banco central de dicho país, en declaraciones recogidas por Associated Press. Con exportaciones de 1,5 millones de barriles diarios, la preocupación se centra en el impacto social y, sobre todo, la amenaza terrorista, en un momento en que el régimen de Bouteflika agoniza. Según Alistair Newton, analista de Nomura, "ya hemos visto problemas de este tipo con el ataque a la refinería de Amenas el años pasado. Existe un riesgo importante de alianzas entre grupos locales y miembros del Estado Islámico".

Poco más de 2.200 kilómetros al sur del país, el gobierno nigeriano también se ha visto obligado a tomar cartas en el asunto para frenar la sangría de su divisa, el naira. En lo que llevamos de ejercicio, la moneda nigeriana se ha desplomado más de un 15% dentro de la mayor economía africana, una de las que más depende de la producción del oro negro. Es por ello que el banco central del país ha restringido parte de la comercialización de fondos de divisas durante las horas posteriores al cierre de los mercados para evitar ataques especulativos. También ha elevado los tipos de interés hasta el 13%, devaluando el naira hasta los 168 por dólar.

"Recomendamos deshacer posiciones en el país, ya que la caída del crudo provocará una ralentización del PIB y e incrementará el riesgo político de cara a las elecciones de 2015", asegura Alberto Ades, estratega de Bank of America Merrill Lynch. Desde Roubini Global Economics indican que "la economía se debilitará y la caída de los ingresos impedirán que el Gobierno pueda cumplir con sus objetivos de inversión, especialmente en infraestructuras".

Al otro lado del Atlántico, países que no forman parte de la OPEP pero dependen del crudo también han visto cómo sus florecientes economías han sido vapuleadas por los acontecimientos. El peso colombiano tocó mínimos en más de cinco años la semana pasada, tras una depreciación del 5,6% en tan sólo cinco días. Esta divisa, junto al rublo, es de las únicas que ha sufrido desplomes de más del 20% desde mediados de año. El desplome del crudo podría reducir las inversiones extranjeras o producir fugas de capital ante posibles subidas en los tipos de interés.

Una situación complicada

Mientras tanto, otros países que forman parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, como son Libia, Irak, Iran, Venezuela o Angola, sólo consiguen salvar las pérdidas cuando el precio del petróleo supera los 120 dólares por barril, por lo que la presente situación es insostenible a medio y largo plazo para ellos. Para algunos, lo que busca Arabia Saudí con su oposición a reducir la producción es aniquilar la producción de crudo de esquisto hasta los 500.000 barriles diarios desde el millón actual. Es por ello, que Estados Unidos podría estar jugando esta baza con la intención de acorralar las economías de Rusia, que no es miembro de la OPEP, e Irán por motivos políticos brindando a Riad el beneplácito de ver cómo el boom de esquisto norteamericano sufre momentáneamente un revés en su industria.

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