El bono español a 10 años sigue su racha triunfal en los mercados y hoy volvió a marcar un nuevo hito histórico al bajar su rentabilidad del 1,8% en el mercado secundario. El interés exigido por los inversores cayó hasta el 1,785%, arropado por el efecto BCE (Banco Central Europeo).
Los inversores celebraron la inesperada comparecencia de esta mañana del presidente del Banco de Austria, Ewald Nowotny, que acercó su postura a la de los países del sur de Europa. Alertó del deterioro de la inflación, que "se está acercando a un nivel peligroso", lo que refleja su predisposición a aprobar nuevos estímulos monetarios. A partir de ese momento, los inversores se lanzaron a comprar bonos de los países periféricos, daba igual que a Italia acabaran de bajarle el rating.
El título español marcó nuevos mínimos históricos de rentabilidad, pero también lo hizo el italiano (en el 1,95%), el irlandés (1,33%) y el portugués (12,72%). La prima de riesgo avanzó 2 puntos básicos hasta 107 puntos. Poco importan los fundamentales en un contexto de inflación estancada en el que se esperan más estímulos monetarios. La bolsa no se tomó la sesión tan bien y Europa sufrió pérdidas generalizadas: el Ibex cayó un 0,88%.
Última subasta de letras a 6 y 12 meses
Los inversores buscan algo de rentabilidad en la parte larga de la curva y salen de los plazos más cortos, lo que podría dificultar la emisión de mañana del Tesoro español. El organismo realizará la última subasta del año de letras a 6 y 12 meses (quedará otra de corto plazo, de títulos a 3 y 9 meses).
El tipo de interés exigido por el mercado a este tramo acumula tres meses al alza, desde los mínimos históricos de agosto, racha negativa que intentará borrar mañana. Sin embargo, las esperanzas de conseguirlo son limitadas, ya que la rentabilidad en el mercado secundario ha avanzado en las últimas semanas, hasta el 0,335% a 12 meses y al 0,243%, en el de 6 meses.
S&P baja el rating de Italia
