Si hubiese que elegir esta semana un activo estrella sería complicado. Por un lado, está la renta variable española, que aunque dejó claro que no pudo batir la resistencia, también dio síntomas de que no está dispuesta a ceder terreno. Por otra parte, la renta fija se convirtió en protagonista al situarse la prima de riesgo española en mínimos de mayo de 2010 (los 105 puntos básicos). Pero el petróleo sigue siendo quien más da que hablar. Y es que el descenso del crudo se ha convertido en el evento sorpresa que tiene un gran impacto, es decir, todo un cisne negro para Europa.
Este hecho beneficia a la economía española, ya que además de ser necesario para abaratar el precio del combustible, "la reducción de la factura energética va a suponer un ahorro de 10.000 millones de euros", es decir, cerca de un 1 % del PIB anual de nuestro país, tal y como indicó el ministro de Economía, Luis de Guindos, en la IV Edición de la Noche de la Economía de elEconomista. Esta semana, el precio del Brent, barril de referencia en Europa, ha perdido los 70 dólares, tras caer más de un 1%, tocando su nivel más bajo desde el ejercicio de 2009 (los 69,2 dólares). Desde que tocase los máximos anuales el pasado mes de junio, ha descendido en torno a un 40%. En el caso del West Texas -de referencia estadounidense-, se sitúa alrededor de los 66 dólares.
Esto supone un impulso para Europa. La muestra la dio la renta variable, ya que ni la última reunión del Banco Central Europeo (BCE) ni el recorte en las previsiones de crecimiento de Alemania del Bundesbank supusieron un impacto para borrar a los mercados del Viejo Continente el balance semanal positivo. El jueves el BCE, como era de esperar, no dio sorpresas. Habrá que esperar por lo menos hasta el 22 de enero -próxima cita de la institución- para ver si anuncia el QE europeo.
Lo que sí recalcó el presidente del organismo europeo, Mario Draghi, es que los técnicos ya están trabajando en posibles medidas. Aunque esta cita decepcionó al mercado, la renta variable mostró fortaleza en la jornada del viernes. A pesar de que el Bundesbank revisase a la baja el dato de crecimiento de Alemania. Según las previsiones del informe semestral, el crecimiento económico germano será del 1,4%, frente al 1,9% que se pronosticó en junio. También se revisó a la baja el crecimiento para 2015, desde el 1,8 previsto hace seis meses al 0,8%.
Y las principales plazas del Viejo Continente no titubearon y con el impulso del viernes, se apuntaron repuntes entre el 1,3% y el 0,3%. El Ibex se convirtió en el más alcista al lograr en la primera semana de diciembre una subida del 1,2%, hasta los 10.900,7 puntos. Lo que le deja a menos de medio punto porcentual de batir su primera resistencia, los 10.950. En el caso de romper dicho nivel, el índice podría encaminarse hacia el máximo anual, el 11.200. Quien sí tuvo más que celebrar fue el Dax alemán, que tras una subida del 1,06%, volvió al techo más alto de su historia.
Y de máximos a mínimos. La deuda española sigue siendo atractiva. Así, el bono español a una década continúa por debajo del 2%. Con ello, la prima de riesgo -mide la diferencia entre la rentabilidad del bund alemán a 10 años y su homólogo español- cerró en el nivel más bajo desde mayo de 2010, tras relajarse 14 puntos en las últimas cinco sesiones, hasta los 105 puntos básicos. Y para completar la semana, el euro también se fue a mínimos, en su caso de agosto de 2012, al perder los 1,23 dólares, después de depreciarse en la semana en torno a un 1,3% contra el billete verde.
La OPEP cavó su tumba