La corporación estadounidense dedicada a la prestación de servicios en yacimientos petroleros cerró el pasado 17 de noviembre una operación realmente importante, al alcanzar un acuerdo para adquirir Baker Hughs, uniendo la segunda y la tercera compañía más grandes del sector en Estados Unidos, formando un rival poderoso para enfrentarse al indiscutible líder del negocio, Schlumberger.
Halliburton no ha sido excesivamente popular en los últimos años. La compañía ha sido acusada de prácticamente todo lo imaginable: desde hacer sobrecargos a su propio Gobierno por la gasolina en Irak hasta de sobornar funcionarios en Nigeria para asegurarse un contrato por 6.000 millones de dólares. Es más, hace un año se declaró culpable de destruir los resultados de pruebas que investigadores buscaban sobre el desastre del pozo Deepwater Horizon en 2010, en el que se vertieron 2 millones de barriles de petróleo en el Golfo de México. Finalmente, un directivo de la firma fue condenado a un año de prisión por la destrucción de las pruebas y la firma tuvo que pagar 1.000 millones por el vertido.
Ahora la compañía se encuentra con que ni analistas ni inversores han recibido muy bien su última operación. Este hecho se une a la brutal caída que ha experimentado el barril de West Texas desde sus máximos de junio, con un descenso del 35 por ciento, lo que ha perjudicado a todo el sector. En lo que va de año los títulos de la firma ceden más de un 17 por ciento, y en las últimas dos semanas ha firmado una caída de un 23 por ciento.
Según prevén los analistas, los beneficios de la operación tardarán unos años en llegar, ya que las previsiones de beneficio para 2014 y 2015 se han mantenido estables desde la operación, una subida del 0,05 por ciento para este año y un descenso del 0,2 por ciento el próximo. No obstante, para 2016 los expertos sí han incrementado su previsión de beneficio neto para la compañía, un 3 por ciento. Para 2017 el salto es considerable, de un 23,6 por ciento.
Estas previsiones están en línea con las expectativas de la compañía, que señaló que la operación tendría impacto en los beneficios por acción a partir del final del segundo año. Además, la firma espera que la fusión ahorre a las dos empresas 2.000 millones de dólares en costes.
¿Cómo evolucionará su beneficio?
Los analistas confían en que durante los próximos años el beneficio neto de la compañía crezca de manera constante. De hecho, prevén que en el trienio que va de 2013 a 2016 las ganancias crecerán un 126,8 por ciento. Para 2014 las previsiones apuntan a que los beneficios aumentarán por encima del 63 por ciento, mientras que en los dos ejercicios siguientes se elevarán un 16 y un 20 por ciento. Hasta el próximo 2016 los expertos creen que la facturación de la compañía crecerá algo más de un 30 por ciento, con una subida del 12 por ciento este año, un 6,5 por ciento el siguiente y el 10 por ciento 2016.
¿Cómo va a moverse su PER?
La evolución del PER (número de veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción) es uno de los puntos fuertes de la compañía. Con los precios actuales, esta ratio se situaría en las 16,3 veces, frente a la media de 17,8 veces de todo el índice Eco30. Además, durante los próximos ejercicios continuará mejorando, al caer hasta las 11,7 veces en 2015 y hasta las 10,2 veces en 2016. Por su parte, en 2017 seguirá la mejora y el inversor tendría que esperar menos de nueve años para poder recuperar la inversión únicamente por la vía de los beneficios.
¿Qué dividendo pagará en los próximos años?
La empresa tiene uno de sus puntos flojos en su rentabilidad por dividendo. De acuerdo con las previsiones de los analistas, los pagos a los accionistas de este año rentarán un 1,33 por ciento, muy por debajo de la media del Eco30, que se sitúa en el 2,02 por ciento.
Además, aunque en los próximos años la situación irá mejorando, no logrará ponerse en línea con la media del índice. Para 2015 la rentabilidad será del 1,74 por ciento, en 2016 se elevará hasta el 1,95 por ciento pero en 2017 descenderá hasta el 1,52 por ciento.
¿Cómo ha cotizado en el parqué este año?
Los títulos de la compañía han perdido algo más de un 23 por ciento de su valor en lo que va de año, con las acciones cotizando en torno a los 42 dólares, situándose en los mínimos anuales y a más de un 40 por ciento de los máximos del ejercicio, marcados a finales de julio.
Esta situación en el parqué ha estado desencadenada por la operación y por las caídas del petróleo esta semana. De hecho, en la sesión del viernes las acciones de la compañía cedieron más de un 10 por ciento. Así, los analistas le otorgan a la compañía un potencial superior al 60 por ciento y cuenta con un consejo de compra.