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El sabor de Irlanda se sale de la pinta y se instala en Madrid

Madrid, 27 nov (EFE).- Irlanda se asocia a un sabor, el de la Guinness; esta conocida cerveza, con siglos de historia, traslada este fin de semana parte de su fábrica de Dublín a Madrid para demostrar que, además, puede salirse de la pinta al plato en cuidadas elaboraciones o convertirse en un maridaje perfecto.

Así lo ha defendido el chef de la fábrica de esta cerveza en Dublín, Justin O'Connor, mientras ha preparado recetas como carrillera de buey al estilo Guinness o conserva de caballa con salsa remoulade de apio y eneldo, que también se sirve con pan de esta cerveza.

Gastronomía y tradición son los ejes sobre los que se mueven esta actividad que pretende acercar la elaboración, la esencia y la experiencia de esta legendaria cerveza a madrileños y visitantes en el Impact Bar, en pleno centro de Madrid.

Para los sibaritas, la experiencia consistirá en aprender a servirse una "pinta perfecta" y a degustarla como un auténtico irlandés, para quien esta cerveza es mucho más que una bebida.

Así, el director Global de Calidad de Guinness, Billy Power, ha explicado a Efeagro que hay dos pasos fundamentales; en un primer momento, se coloca la pinta con un ángulo de 45 grados y se abre el grifo de cerveza por completo.

Una vez que se ha llenado dos tercios el vaso, se deja asentarse la bebida y ocurre lo más característico de la Guinness, esa nube blanca que se divisa por el vaso con los gases subiendo para formar su peculiar espuma.

Luego se vuelve a sostener el vaso recto bajo el grifo y se llena hasta arriba y "un poquito más", para dejar ver la especie de "cúpula" sobre el vaso

Una vez servida, esta cerveza no se puede beber de cualquier manera; los cánones mandan coger el vaso y mirar hacia el frente, hacia el horizonte, tomarla "orgulloso" y a grandes tragos.

A lo largo del fin de semana, quien consiga aprender a tirar esta cerveza correctamente recibirá un diploma para acreditar que lo ha conseguido.

Los curiosos podrán descubrir los datos más impactantes de los tres siglos de esta fábrica que Arthur Guinness puso en funcionamiento en 1759 con un alquiler de 9.000 años a 45 libras el mes.

Al año, se venden más de 100 millones de pintas de esta cerveza en 150 países, una cifra que en España asciende a 7 millones de pintas al año.

Para los irlandeses, esta cerveza, de la que se producen más de tres millones de vasos al día, es un reconstituyente pues contiene 198 calorías, menos que un zumo de naranja.

El viaje incluye las vistas panorámicas desde la séptima planta de la fábrica de cerveza que cada año contemplan el millón de visitantes que acuden a la Store House de Guinness en Dublín y que, este fin de semana, se recuperan en Madrid gracias a la tecnología.

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