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Fomento aplaza a enero la OPV de Aena por las dudas legales y el alto precio

  • El Ministerio y la Oficina Económica pactan un concurso acelerado
  • Las consultas despertaban poco interés entre los inversores

El Ministerio de Fomento y la Oficina Económica del Gobierno han pactado una fórmula salomónica para resolver los problemas de conflicto de intereses con el auditor y convocarán un concurso acelerado para elegirlo con la intención de volver a retomar en enero la OPV de Aena.

Los errores legales que han dividido el Ejecutivo en dos camuflan en parte el otro gran problema en todo este proceso: el elevado rango en el que se ha fijado la horquilla de precios a juicio de gran parte de los inversores interesados.

Pese a que en decenas de OPV, incluidas privatizaciones, el auditor ha sido el mismo que ha firmado la carta de conformidad de las cuentas como paso previo al visto bueno de los colocadores, Moncloa insiste en que se debe elegir a otro diferente y obliga a parar el debut en el parqué previsto en primera instancia para el 12 de noviembre.

La solución salomónica parece que no es la opción más lógica que tenía sobre la mesa el Ejecutivo, cuando fuentes solventes aseguran a este periódico que "en ningún momento el Gobierno ha pedido un informe a la Abogacía del Estado" para saber si el doble papel de PwC en el proceso era incompatible.

¿Retraso o cancelación?

El gran inconveniente de este retraso teórico es que tiene muchas posibilidades de convertirse en una cancelación definitiva por dos razones. Primero, porque varios expertos consultados por elEconomista aseguran que "es muy complicado retomar un proceso de estas características en menos de seis meses". Y segundo, y tal vez mucho más importante, porque la OPV entraría de lleno en periodo electoral: en vísperas primero de las elecciones autonómicas y a menos de un año de las generales. Algo muy poco recomendable en este tipo de procesos, con fáciles y demagógicas lecturas políticas.

Desde Aena se asegura que, técnicamente, no habría problema para retomar el proceso, porque buena parte del trabajo se ha realizado y todos los contratos firmados por el gestor de los aeropuertos en este terreno incluyen un año de validez, excepto en el caso del núcleo duro, que también cuenta con un periodo de compromiso de medio año que caducaría el próximo 16 de abril.

El único aspecto irrecuperable tras el retraso hasta enero de la OPV es la campaña de publicidad. Aunque todavía no había entrado en su segunda fase, se calcula que el Estado ya había gastado 4 millones de los 8 millones previstos para dar a conocer el proceso de salida a bolsa en los medios.

Operación cara

Pero si la operación se presume cara hoy 31 de octubre de 2014, también lo será dentro de seis meses. Y más cuando el propio Álvaro Nadal cerró cualquier puerta a una posible negociación con los inversores interesados, algo inaudito en este tipo de proceso. El éxito de la OPV de Aena pasa porque el Estado renuncie a 1.000 millones de euros.

El director de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno reconoció recientemente en un acto que la horquilla de precios anunciada por el Consejo Consultivo de Privatizaciones (CCP) era similar en valoración a empresas comparables del sector. Acto seguido, matizaba que si se veían obligados a bajar ese precio la OPV no saldría, algo que no debió sentar nada bien ni en el Ministerio de Fomento, ni en Aena.

A propósito o no, lanzó un mensaje demoledor al mercado: no iban a aceptar ningún descuento que hiciera la acción de Aena atractiva para los inversores.

Margen para bajar el rango

Nadal había firmado la sentencia de muerte del proceso cuando desde otros ámbitos del Gobierno se intentaba todavía salvar el proceso anunciando en el consejo de ministros de hoy viernes una bajada en el rango de la horquilla de precios. Esta maniobra, aunque hubiese supuesto un menor ingreso inicial, hubiera dado mayor recorrido al valor.

De todas formas, las tajantes palabras de Nadal tampoco era ninguna sorpresa a estas alturas porque en las consultas previas al road show, la salida a bolsa estaba despertando poco interés por sus altos precios en los inversores internacionales, según confirman varias fuentes solventes del mercado a este periódico.

También ha llamado la atención en todo este proceso el hermetismo que se ha creado en torno a la selección del núcleo duro, en la que se ha echado en falta una fase previa de selección y una mayor dosis de información pública, en la que se hubiera demostrado que en esta primera fase del proceso hubo gran concurrencia.

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