Enumere las veces en las que ha oído en los últimos años que el actual sistema de pensiones español es insostenible a largo plazo. Imposible, ¿no? Súmele una más. El envejecimiento de la población en España, unido a la crisis económica que aún sufre nuestro país y que tiene en la alta tasa de paro uno de sus mayores problemas, son dos de las causas que han vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de que los españoles tomen conciencia de la importancia de ahorrar pensando en la jubilación. Más información en el próximo número de la revista Inversión el 25 de octubre.
Es en este contexto cuando el Gobierno ha buscado fórmulas para fomentar el llamado segundo pilar de las pensiones: la contratación de planes de pensiones individuales. Pero en este intento por fomentar el ahorro privado para la jubilación -las pensiones privadas sólo suponen el 8% del PIB frente al 35% que pesan de media en la UE- no todo han sido aciertos.
Así, al tiempo que los expertos del sector alaban la decisión de dotar de mayor liquidez a los planes de pensiones -a partir de 2025 se podrán rescatar aquellas participaciones que cuenten con al menos 10 años de antigüedad-, también critican la decisión de limitar de 10.000 euros a 8.000 euros las aportaciones máximas que los partícipes pueden realizar a sus planes de pensiones o PPAs y que cuentan con deducciones fiscales.
"Reducir la aportación máxima supone poner una limitación a nuestro crecimiento futuro, ya que no podremos aportar más de 8.000 euros por partícipe e invertir esta cantidad al año no es suficiente como para cumplimentar la pensión pública", advirtió Felipe Navarro, subdirector general de participadas y relaciones institucionales de Mapfre, en unas recientes jornadas de IICs organizadas por Deloitte, APD e Inverco.
Ventajas fiscales
Sin embargo, aún quedan tres meses para que este nuevo límite entre en vigor, lo que nos lleva a preguntarnos ¿debe aprovechar el inversor estos tres últimos meses del año para destinar el máximo posible (10.000 euros o 12.500 para mayores de 50 años) a su plan de pensiones? Sí, pero no cada uno de los 10 millones de partícipes que actualmente cuentan con un plan de pensiones. "El plan de pensiones solo interesa fiscalmente a quien tenga ahora un tipo marginal elevado y que con sus aportaciones consiga reducirlo a la hora del rescate", defiende Fernando Luque, editor de Morningstar.
Y es que, a diferencia de lo que sucede con la vivienda, cuya deducción se resta de la cuota a pagar en el IRPF, las aportaciones a pensiones lo que hacen es recortar la base imponible -salario menos cotizaciones-, lo que permite que algunos consigan recortar su tramo y tipo impositivo. Es por ello que a medida que aumenta el salario, aumente también el ahorro fiscal y explica que la Unión Europea, que es la que ha presionado al Gobierno español para que redujera el máximo a aportaciones a planes de pensiones, haya afirmado en más de una ocasión que esta desgravación fiscal en los planes de pensiones tiene "efectos regresivos y falsea la composición del ahorro".
Pero ¿cuánto hay que cobrar para que valga la pena invertir en planes de pensiones y no en otros productos de ahorro? Según el consejo de Inversión a Fondo, la elección del plan de pensiones como instrumento de ahorro a largo plazo sólo resulta rentable para quien cuente a partir de 2015 con tramos impositivos superiores a los 60.000 euros y tipos del 47%.
"Para los que cotizan en el tramo alto es la única salida que les queda para reducir su fiscalidad pero los planes de pensiones no son atractivos ni desde el punto de vista financiero ni desde el punto de vista de comisiones, que siguen siendo poco competitivas", afirma Víctor Alvargónzalez, director de inversiones de Tressis.
Además, desde Fidelity Investments, insisten en que aunque a priori puedan ser productos rentables para las rentas altas "hay que ver la situación de cada persona, ya que no es recomendable comprar planes de pensiones si tienes otros activos ilíquidos porque además hay grandes incógnitas sobre cómo estará la fiscalidad en los próximos diez años".
Aportar el máximo y de manera periódica
Y una última variable es la cantidad a aportar ya que ésta debe ser suficiente como para conseguir no solo el objetivo de reducir la base imposible, sino también de servir para ese ahorro a largo plazo que se persigue. Así, el consejo de Inversión a Fondo defiende que la inversión en planes de pensiones es solo rentable fiscalmente hablando para aquellos que destinen el máximo posible a aportaciones, algo que según los datos de la Dirección General de Seguros (DGS), sólo hace el 0,61% de los 10 millones de partícipes que cuentan con planes de pensiones.
De hecho, estos mismos datos muestran que el 76% de los partícipes -un mismo inversor puede ser partícipe de más de un plan de pensiones- destina de 0 a 300 euros anuales al plan de pensiones, una cifra muy alejada de los 8.000 euros anuales que como máximo e independientemente de la edad del inversor, se permitirá invertir en planes de pensiones a partir del año que viene.
Pero además de seleccionar el plan de pensiones adecuado hay otra recomendación que siempre se repite en los consejos que por estas fechas lanzan los expertos: la necesidad de ahorrar periódicamente y no de esperar a las campañas de final de año para hacerlo. No en vano, según calcula Abante Asesores en un reciente informe, "más de la mitad de las aportaciones se realizan en el último trimestre del año, lo que conlleva una pérdida de rentabilidad de hasta el 4% anual frente a hacer ingresos repartidos a lo largo del año".
Todo obedece al efecto de capitalización o lo que es lo mismo a la reinversión del dinero que se va obteniendo mes a mes en el mismo plan de pensiones e incluso de las deducciones fiscales que se obtienen. De hecho, éste es también uno de los factores que defiende Morningstar para poder considerar el plan de pensiones como mejor opción que el fondo de inversión para planificar el ahorro para la jubilación.
Así lo defiende en un informe Fernando Luque al afirmar que "la favorable fiscalidad de las aportaciones a planes de pensiones hacen a estos productos más recomendables que los fondos de inversión para ahorrar de cara a la jubilación siempre que el partícipe reinvierta el ahorro fiscal derivado de esas aportaciones".
Empezar a ahorrar cuanto antes
Por último, la última recomendación de los asesores es la de empezar a ahorrar cuanto antes para poder maximizar no solo la ventaja fiscal del plan de pensiones sino también para reducir el esfuerzo que se debe hacer para lograr un capital determinado en el momento de la jubilación.
Así, según los cálculos de Abante Asesores, empezar a ahorrar en la última etapa laboral a partir de los 50 años incrementa en un 50% el esfuerzo que hace falta para conseguir el objetivo que se persigue y "dicho esfuerzo es mucho mayor en contextos de tipos bajos como el actual".
Para comprenderlo, basta un ejemplo con cifras. Si alguien con 30 años invirtiera 1.200 euros al año en un plan de pensiones de renta fija y teniendo en cuenta una rentabilidad del 2,5 por ciento anual, obtendría en el momento de su jubilación 33.500 euros, si lo empezara a hacer con 50 años conseguiría 11.000. Por no mencionar que habría aprovechado la ventaja fiscal durante menos años.